13/06/2021

Aida Arias, una alquimista de la escritura

Aida Arias, una alquimista de la escritura
arias 2
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Por Pablo Otazú.Leer en lenguaje inclusivo, aún me estoy deconstruyendo y me cuesta mucho escribirlo.Cuando conocí a Aida era un adolescente. Ambos cursábamos el secundario, ella en Choele Choel y yo en Beltrán. Luego no volví a verla, hasta grande, pero si con la llegada de las radios FM volví a escucharla. Ella tenía un programa que se llamaba "La Faraona", quizá ese título la conecta con el futuro, que hoy es el presente. Aida es una mezcla de profe piola, que habla con vos cadenciosa y suave, de Pitonisa y Faraona, que tiene los poderes de la alquimia, el chamanismo y la escritura que propone mundos que nacen de esa mezcla. Aida Arias es una mujer vital, interesante, bella e inquietante. Su escritura atraviesa todas las posibilidades literarias y aquí intentamos una conversa que nos permite internarnos en su mundo.Aida ¿Qué es el Arte para vos?Bueno más que es el arte para mí, te cuento en primera instancia, para que me sirvió a mí.Me parece muy bien, haga lo que le parezca (nos reímos, como cada vez que nos encontramos) En lo particular, yo creo que me salvó la vida. Desde muy temprana edad, siempre fui una persona que se sintió diferente, diferente al resto. No te voy a decir que era una nena incomprendida, una adolescente dificultosa, pero hubo mucho de eso. Entonces me salvó de pensar que estaba viviendo en un manicomio.¿Te sentías una marginal?No, pero me daba cuenta que, si no encontraba algo en qué asirme, me podía ir para cualquier lado. Esto de las pasiones que hablamos hace un rato. Yo podría haber sido una drogadicta, una alcohólica, podría haberme ido a cualquier extremo, si no hubiera aparecido eso que me sostuvo en un centro interesante. Por eso digo que el arte me salvó de cualquier extremo oscuro o tortuoso.Si me preguntas qué es el arte para mí hoy, creo que es lo único que va a salvar al mundo. Vos fíjate que, en este tiempo, que la gente estuvo encerrada, sin poder salir, sin poder encontrarse, sin poder abrazarse, muchos se volcaron al arte. Desde escribir, hasta hacer cosas de papel maché, pintar o meditar, que también es una forma de arte. Veo al arte mucho más amplio, más complejo de lo que se pensaba…Cuando se hizo la división de las bellas artesSi, hoy te diría que entran muchas cosas dentro del arte. Hasta te diría que la sanación y el chamanismo entrarían en la categoría de arte, por la creatividad que eso implica.(Aida se saca la campera, se va poniendo cómoda en la silla, va entrando en la charla)Entonces, el arte para vos tiene una directa relación con la creatividad, con la creación.Con aquello que es de uno, que uno dice: mirá, yo no sé de dónde sale esto, pero acá lo pongo a disposición de quien lo quiera mirar, ver, compartir. El arte es social.Un escritor, una escritora, ¿Es un artista?Sí, absolutamente, y hasta que se puede reconocer de ese modo, tal vez pasa mucho tiempo. Hay gente que tiene mi edad, que todavía no se puede reconocer como formando parte de ese mundo artístico y creativo, que tiene pudor de mostrar sus trabajos. Pero si eso bajó -esto de las musas que hablábamos antes, las musas que te habitan-, si eso bajó es para compartirlo, no para que lo guardes en un cajón que lo van a encontrar cuando te mueras.Pienso igual. Me acuerdo que había un muchacho que siempre cantaba en los asados, en las guitarreadas y yo le decía que cante en los escenarios, que no podía privar a la gente de escucharlo. Eso se ve que le tocó, porque después empezó a cantar y creo se sintió gratificado, el aplauso te gratifica.Y no siempre el artista encuentra el aplauso. También encuentra las críticas…Claro, pero pensaba en el aplauso como una metáfora del reconocimiento. A un artista plástico o a un escritor tal vez no lo aplaudan, pero es probable que alguien se le acerque y le diga que le gustó lo que hizo, lo que escribió, lo que pintó. Eso es un aplauso.Pero entonces, a Aida Arias, ¿dónde la ubicamos dentro de esa definición tan amplia que hiciste del arte?Podría decir que hacia los treinta y largos, casi cuarenta, ansiaba un poco eso de ser escritora. Me parecía que era sumergirme en un mundo en el que te abstraes de todo, estas solo, utópico. Después, cuando empecé a trabajar de eso, no fue lo que más me gratificó. Se ve que yo necesitaba seguir en contacto con la gente. Me fui a Bariloche y conocí mi camino terapéutico, cosa que no hubiera podido transitar si no me iba a vivir allá. Cuando volví, cinco o seis años después, pude concretar mi formación en historia, que también fue un momento muy importante en mi vida. Digamos que fue reencontrarme con aquello que primigeniamente había querido hacer, pero que en su momento no supe cómo, hasta que retomé la carrera. Me recibí de profesora de historia e incorporé eso a la escritora, a la terapeuta, fue aprender a conceptualizar, eso me lo dio la historia.

Yo creo que el arte salvó mi vida

En otras épocas sí, creo que seguramente sí. Pero en este momento, me parece que no. Al estar tanto encerrada, que ya no hay contacto directo con los alumnos o los pacientes. Pero esos mundos, pueden aflorar en la cola de un banco, en la esquina de casa o en la persona que llegó a cobrarme una cuenta. Se volvió más lo diario, lo cotidiano, el evento cortito. Por eso es que estoy tan inmersa en los micro relatos, porque tiene eso de instantaneidad. Es aquello que en cinco minutos se resuelve, sin necesidad de un gran relato.Voy a volver a algo que dijiste antes, eso que a los treinta querías ser una gran escritora. Te pregunto entonces ¿Cuándo uno/a se da cuenta que es escritor o escritora?Es difícil, antes consideraba que me faltaba algo para ser escritora viste, que siempre faltaba algo. La escritura es una cuestión, en mí caso por lo menos, cotidiana. Escribo todo el tiempo, escribo a mano y hago muchas cosas para sostener la letra. Pero después me encuentro con que, si me pongo a pensar si moriría escribiendo, siendo una escritora, pensaría que sí, no habría razón para no hacerlo.¿Te influyeron otras/otros escitoras/es?García Márquez para mí fue un antes y después. Hace unos años volví a leer Cien años de Soledad o El Otoño del Patriarca, viste esas cosas garciamarquinas por excelencia para mí. Es raro porque siempre menciono a Borges, cuando en realidad he leído más a García Márquez. Creo que él le impuso una impronta a lo Latinoamericano, que quizás otros ya lo habían hecho antes, pero que él…Carpentier por ejemploClaro Alejo Carpentier sí. Pero bueno después una que ha andado mucho por América Latina, ver esas cosas que García Márquez describía, que cuando las leía pensaba… “este tiene una imaginación desbordada”, y no, de lo único que habló fue de lo que veía y vivía todo el tiempo. Lo llevó al mundo, a París, a todos lados.Es que el Realismo Mágico, es sumamente gozoso, porque esa forma de escribir y contar te remite a tu propia vida.Es muy de nuestra generación amar el Realismo Mágico. Después te das cuenta que la realidad supera la ficción 25 veces más. Eso lo aprendí con García Márquez.¿Se puede vivir de la escritura?No, la verdad que no económicamente no. Sí puedo vivir de mis terapias, pero de la escritura no sé si hay muchas personas que puedan hacerlo. Salvo algunos consagrados a nivel nacional, que se yo, escritoras como Bonelli que la gente compra sus libros, pero cuántos más pueden hacerlo.Es cierto, muchos son docentes, por ejemplo. Voy a meter un poco la cuchara acá, porque pienso que en el arte hay una cosa muy recurrente y es que aparecen dos caminos bien marcados. Uno es el del mercado y otro en el que están aquellos que abrazan la profesión, viven de la profesión, pero no de lo que les da la profesión. ¿Se entiende? Económicamente no pueden vivir, pero no pueden dejar de escribir, hacer música, actuar, bailar…Bueno, tengo un hijo que vive de lo que pinta, y de lo que enseña a pintar. Entonces yo no puedo decir que alguien no vive del arte, él vive de su arte. Imagino que, si yo hubiera decidido vivir de la escritura, lo hubiera conseguido. Pero no privilegié la escritura por encima de todo lo demás, la docencia, las terapias, digo soy esas tres. No considero que sea una escritora que se la pase escribiendo, pero también sé que no podría dejar de escribir nunca. Seguramente estaré en mi lecho de muerte escribiendo algo que quiero contarle a los demás, que quiero que quede escrito. Porque para mí, es un lenguaje hermoso e incierto también. Tal vez esto que pasa no es mío, me refiero a las musas viste. Es un lenguaje, como para vos lo será la música y el teatro. ¿Cuál es más importante? No lo sé, quizás las dos, vas a seguir actuando y haciendo música hasta el último día que te vayas de este plano. Vos sos eso, más allá que seas, padre, amigo, militante, señor de su comunidad.Estoy viendo diferentes niveles en la escritura. Si voy al mundo teatrero nosotros tenemos al teatro independiente que es mucho más fuerte que el comercial. Digo hay muchísimos grupos de teatro independiente, hay una red impresionante, está en todo el país. En cambio, el teatro comercial no es así, pero si, tiene toda la industria cultural y la estructura puesta a su servicio. Es decir, la televisión no se ocupa del teatro independiente, se ocupa del comercial. Entonces, la industria cultural, como toda industria, también genera productos, que quiere venderle a la gente. Por eso discuto mucho sobre el término, industria cultural, porque existe y genera productos. Mientras que el otro camino, el independiente, genera artistas, con peso propio, con identidad, solvencia, que no copian modelos del mercado. ¿Me entendés lo que digo? Salen los nocheros y después tenés atrás miles de músicos que son nocheritos…Sí, pero creo que están habiendo redes que están permitiendo, a todo ese grupo de gente independiente que vos le decís y que está en todas las artes, reunirse en torno a determinadas temáticas. Hay gente que está haciendo un montón de cosas, que quizás nosotros por estar más grandes las perdemos de vista. Pensá que la televisión ya no es el lugar en donde la sociedad se encuentra. La gente joven, se encuentra en el celular, en lo que ese aparato le ofrece como propuesta instantánea, como el Instagram…Concuerdo con vos, pero igualmente hasta en esos lugares la industria tracciona. Pero concuerdo, porque si hay algo bueno que hizo internet, fue democratizar el acceso, la participación, la cultura, un montón de cosas.El arte…

Si me preguntas qué es el arte para mí hoy, creo que es lo único que va a salvar al mundo

En cierto punto no está mal, porque siempre habrá gente que siga respondiendo al mercado.No claro, no es que está mal, vos elegís. Son proyectos diferentes, pero lo cierto es que el merado ha arruinado a muchos artistas porque el objetivo es vender. Por poner un ejemplo las discográficas te imponen condiciones que van borrando la identidad del artista. Por otro lado vos tenés personas como Lisandro Aristimuño, que grabó con su propio sello y logró masividad desde ese lugar. Entonces, creo que esos son los cambios positivos, la democratización de las redes que hablábamos antes. Hoy cualquiera puede poner su música en YouTube. Eso a nivel literario también está sucediendo. Tengo a mi sobrina estudiando en la UBA una nueva carrera que se llama El Arte de la Escritura. Bueno, ella está haciendo unos micros cortitos, donde cuentan, esto que vos decías de los sellos chicos para los músicos. Bueno, en el caso de la escritura, hay muchas editoriales pequeñas que están editando a noveles escritores. Hay todo un movimiento, que nosotros por ahí lo fuimos perdiendo, porque somos más grandes. Qué se yo, mis libros los hice todos con fondos propios. Vos fíjate que tomo notoriedad recién al escribir, con mi compañero Mariano Grizy, sobre un tema regional que necesitaba ser contado, para poder llegar a una tercera edición de un libro. En mi vida, no hubiera pensado que iba a tener un libro publicado en una tercera edición. Para nosotros escritores regionales, algo así es muy importante. Pero lo logramos con algo que la gente necesitaba leer, necesitaban saber qué había pasado con esa historia, una necesidad histórica te diría.Contale a la gente de qué se trata ese libroBueno, Amores Truncos, es la historia del accidente que ocurrió en la balsa de la Isla Chica, en el año de 1946, donde murieron 29 personas, en realidad 28 personas y un desaparecido para ser precisos. Esa es la historia. Es una novela histórica, basada en una investigación que hizo Mariano Grizy, mi coequiper. Él tenía la investigación, él tenía el nombre del libro y yo me sumé a ese proyecto. Estuvimos 11 años para hacer ese libro, yo estuve 9 y él 2 años antes, con la investigación. Terminó siendo un proyecto regional, porque Mariano se sentó con un montón de gente, sobrevivientes de esa catástrofe que enlutó al Valle Medio entero. Era una historia que necesitaba ser contada creo yo.¿Para qué? O ¿Por qué?Soy una convencida que todos necesitamos conocer nuestra historia, hasta las familiares. Soy una gran observadora de árboles genealógicos. Para mí, el árbol genealógico del Valle Medio, necesitaba recuperar eso. Era una deuda histórica.Era necesario, sí. En estos lugares –y no es por desmerecer-, pero a la gente le cuesta ir a la presentación de un libro, va poca gente o sólo invitados. Sin embargo, cuando se hizo la presentación de este libro, el teatro estaba lleno. Eso demuestra lo que decís, de la necesidad. Había muchos familiares de los protagonistas de ese hecho. Mucha gente, que se había quedado con la duda sobre qué había pasado ese día verdaderamente, y había pasado de todo.Aparecieron muchas anécdotas también. Gente que se salvó por no haber ido ese día, da para otro libro más…Mucha gente me dice “Che y la segunda parte para cuándo” y yo me hago siempre la misma pregunta ¡¿La segunda parte de qué?! La historia fue como fue. Pero bueno entiendo que muchas personas se quedaron pensando, qué pasó con las familias de esas personas que murieron. Bueno, será para una siguiente investigación.Mi suegra le tiene terror al agua a partir de eso. Porque ella no se subió al camión de la balsa, a ella la llevaba su papá y vieron todo el desastre. Y ¿Sobre qué otras cosas, escribe Aída Arias? ¿Cuántos libros tenés?Creo que son 4 míos y el que hice con Mariano. Esos otros libros, anteriores, son todos cuentos. Para mí el cuento es la medida literaria, o era en aquél momento, no sé. Hoy me cuesta mucho escribir un cuento, o pensar un cuento.Pero tenés un libro de poemas tambiénTengo si, chiquito y sigo escribiendo poemas. Pienso que algún momento también podría aparecer un poemario. La poesía es un estado de gracia, es un momento especial en el que baja algo, que tiene como otro sabor, otro aroma. Es mucho más delicada la poesía viste. Aunque sea bruta o brusca, es más delicada. Me podrán tildar de romántica, porque hay gente que escribe lo más oscuro y duro del ser humano en poesía, pero, aun así, para mí sigue siendo un lugar delicado la poesía.Bueno claro, puede ser delicado, lo cual no quiere decir que deba ser necesariamente amoroso.Ni hablar. Tal vez los lugares de la oscuridad no me he animado a transitarlos hasta que he sido grande.Yo sí he transitado lados oscuros con el teatro.Sí. Te acordás cuando hiciste… cómo se llamaba esa, que habías puesto una enorme pantalla frente al público y al final tiraban sangre… (Vórtice, le respondo) ah ¿esa era Vórtice?, bueno me impactó muchísimo esa escena. Me quedé muchos días pensando, creo que hasta te escribí una carta en esa época, contándote lo que me había producido.

En mi vida, no hubiera pensado que iba a tener un libro publicado en una tercera edición.

Esa y Metamorfosis también. Pero bueno es la Metamorfosis de Kafka, no podría haber sido de otra manera. Pero no cualquiera se mete con esos temas viste. Esas cosas yo sólo las pude hacer de grande.Ahora estoy preparando otra que también tiene un costado oscuro.Bueno, es que la oscuridad es parte de la vida.No sólo eso, sino que además si lo podés ver, hacer y decir te limpia. También, son cosas que ocurren. A mí me llamaron de la mesa interjurisdiccional de salud mental de Chimpay, trabajo hace años con ellos, en prevención del abuso infantil. Más oscuro que eso…pero hay que hablar de esas cosas, porque si no hablás, siguen ocurriendo, se naturalizan. A veces te das cuenta que mostrar la oscuridad, sirve para que la gente despierte.Pero hay que saber igual que cuando tocás esos temas… Mirá, yo me había prometido no volver a escribir sobre la vida de gente real, porque ya había tenido problemas con eso. Sin embargo, Amores Truncos me fue llevando otra vez a ese lugar, de encontrarme con gente que me dijo esto no fue así. Entonces les respondía que era una novela, digo partimos de una investigación, pero el libro es una novela. Pero bueno, hubo gente que se sintió tocada, molesta por determinadas cosas que se movieron. Porque una comunidad siempre tiene cosas ocultas también. Tal vez, el que abre esa puerta de lo oculto, se transforma en una especie de mago negro, que se yo…Sabés que, cuando yo conocí a Hugo Aristimuño, él estaba haciendo con un grupo de Patagones, una obra que se llamaba Hay Cosas que No Se Dicen, donde hablaban de muchas cosas de la sociedad maragata. Lo que vos decís, siempre en un pueblo o ciudad suele haber cosas que no se dicen. Y quien abre esas cajas negras, bueno tiene que hacerse cargo. He sufrido bastante estas cosas y no me gustaría volver a repetirlas. Pero después no sé por qué, la vida me vuelve a poner en esos lugares.Porque serás una exorcistaUna alquimistaDe todas maneras, no pensás que el arte es alquimia…Sí, lo pienso absolutamente.Cuando escribís sobre algo, que te bajó, y lo pasás al papel, le das forma, estás haciendo alquimia porque lo transformás. Por eso te digo que, en este momento de mi vida, a veces pienso que no soy yo la que escribe. A veces cuando leo algo que hice hace unos años, me pregunto qué Aída escribió eso. Conectando con qué, en qué momento estaba de mi existencia, para encontrar este lugar creativo.¿Cómo ves la literatura acá, en el Valle Medio?Sigue siendo un lugar donde la gente pareciera que no se anima, tiene miedo de mostrarse, miedo a la crítica. A veces leo cosas que digo, esto tendría que estar publicado…Hay gente que escribe muy bien, los veo en las redes sociales. Se animan a publicar alguna cosita, que, si uno tiene el ojo un poco entrenado, te das cuenta que tiene cierto vuelo.Si, y hay muchos que rompen lo que escriben, cuando en realidad está bien, eso salió por algo. Como si los que pintan, rompieran todas sus obras…bueno son maneras. Los chicos, los más jóvenes, están trabajando desde otros lugares. Pero lamentablemente no conozco mucha gente joven que escriba en Valle Medio, es rarísimo.Igual hay, algunos hay. Sabés que hace unos años, habíamos logrado armar la mesa intermunicipal de cultura y turismo, en donde había presentado la propuesta de armar un Fondo Editorial Regional. Sólo con poner 10 mil pesos cada municipio –imaginate éramos 10 municipios- eran 100 mil pesos en total. Podríamos haber editado 150 ejemplares de un libro por mes, que, para un escritor de la zona, es muchísimo. Entonces, por eso uno lamenta que los proyectos se abandonen. Te lo cuento, porque creo que eso animaría a mucha gente a editar. Así como en otras artes, en la literatura hay ciertos estándares, no cualquiera puede editar en el FER (fondo editorial rionegrino).No, el FER es inalcanzable.O en Editorial Sudamericana, etc. Ellos seleccionan técnicamente. Tienen un grupo de gente encargado de leer y te dicen, esto está mal escrito, y así seleccionan. Entonces por eso digo, que la mirada cultural de los pueblos no puede ser la misma que la mirada cultural de una ciudad. Me encantaría que en cada región hubiera un fondo editorial, para que puedan editar a esos escritores que el FER nunca editaría, o que no tienen plata para editar libros propios. Tal vez hay escritores que tienen pilas de escritos, guardados, porque no saben cómo o dónde editarlos. Les decía, 10 mil pesos para un municipio no es nada, pero 100 mil pesos para un escritor es mucho. Con esa plata podrían editarse 12 libros, 12 autores distintos al año. Sabés lo que sería… ¡Una Maravilla!. A veces es falta de incentivo, de los lugares donde debería hacerse política cultural. ¡Hubiera sido maravilloso, se hubieran podido hacer muchas cosas!

El Valle Medio sigue siendo un lugar donde la gente pareciera que no se anima a mostrar lo que escribe, tiene miedo a la crítica

Claro, cómo les hacés entender, si ellos ven que los publicaron. Seguro te dirían: “pero si no gané un premio ¿cómo me publicaron? A mi me seleccionaron, etc, etc”. En realidad lo que necesitaba la editorial era la plata de la edición, que encima la pone el propio escritor. También es cierto que hubo mucha gente que quería ver sus escritos publicados en algún lado, entonces las editoriales aprovecharon estratégicamente esa situación.Fue un negocio. Para que eso no ocurra, para que no jueguen con la ilusión de la gente, es necesario que existan los fondos editoriales regionales.Bueno habrá que tenerlo en cuenta, podría ser nuestro próximo proyecto. Son esas cosas que sí o sí, deberían ser hechas.(Aída busca en su mochila, saca unos alfajores de arroz, me convida uno, mientras seguimos hablando)Sabés por qué siento que es importante. Porque acá hay mucha gente que escribe, que ama escribir, pero que quizás no tienen la técnica literaria necesaria que te exigen en la mayoría de las editoriales. Hay que apoyarlos, quién soy yo para decirle que le falta, que tiene que mejorar. Si vos los incentivas, se animan más, y hasta quizás pueden ir mejorando con el tiempo. Ese mismo fondo puede servir para promover talleres de escritura, formación.Tienen amor por lo que hacen. Sí, acuerdo mucho con vos, porque si existiera la figura del fondo regional, seguramente aparecerían muchos escritores con intención de publicar sus trabajos.Bueno después de esta reflexión más general, volvamos a vos, contame que estás haciendo…¿Literariamente decís? Bueno estoy con 4 proyectos. Las meditaciones con las diosas, bajando todo un panteón femenino, a lo que sea que inspira cada una de ellas. Unas meditaciones con el tarot egipcio, porque amo el tarot, siento que es entrar en un mundo místico muy hermoso, que no tiene límites. Me pasa que suelo pensar quién puede leer esos libros, porque siempre pienso en el libro terminado, y automáticamente digo qué importa, alguien llegará, al igual que pasa con mis talleres. Doy un taller de canalización, después el 22 de mayo di uno de escritura creativa. Entonces cuando me pongo a pensar quién podrá llegar a mi material, la verdad no tengo la más pálida idea y tampoco me importa mucho. Porque en realidad yo estoy bajando información, literalmente así, me baja la información. A veces siento que no soy yo la que escribe siquiera. El tercer libro, es sobre los ángeles, de qué están hablando los ángeles. Entonces cada ángel trae un nuevo tema a tratar: el coraje, la audacia, la confianza, el poder interior, el bienestar. Esos serían 3 proyectos que cada tanto agarro alguno y lo voy trabajando. Pero después tengo otro que, es literario, con cuentos cortos y/o micro relatos, eso sería estrictamente literario.¿Qué sería un micro relato?Es… ni siquiera es un cuento, te diría que es casi media carilla y se desenvuelve todo ahí. Esto que te contaba hoy, a los jóvenes les encanta, por esto de la instantaneidad. No son tal vez, más de 10 líneas, y está condensado todo ahí adentro. A los adolescentes les encanta, cada vez que lo he trabajado les fascina.¿Cómo elegís los temas sobre los que escribís?Te diría que ni siquiera elijo. Medio que me llega. Te mentiría si te dijera voy a escribir sobre tal tema, no. Llega, ¡Boom!, como un copo de nieve, por decirlo de algún modo. Cuando llega, llega es así y queda.Bueno Aída querida, te voy a hacer la última pregunta. Estás ahora, acá, en este punto, que es tu punto de llegada. Al que llegaste después de un recorrido inmenso. Entonces mirás ese camino (Aída suspira, me escucha atentamente) y allá en la punta ves a una niña, que sos vos. ¿Qué le dirías a esa niña?¡No te preocupes tanto! Debo haber sido una niña muy preocupada. Con mis padres, mis hermanos, con la economía. No era una niña… a ver… no es que no fuera una niña feliz, simplemente no era una niña siendo niña, era como una viejecita. Estaba como… preocupación barra miedo viste. Era una actitud de permanente zozobra. Si me preguntás por qué, en realidad no éramos un hogar pobre, pero sí mis padres se sostenían como podían. Ellos, dos hijos más pequeños de familias numerosas, creo que se encontraron para sostenerse. Lo hicieron el tiempo que pudieron, 20 años. En una época que ningún padre de mis compañeros se separaban, mis padres lo hicieron. Quizás eso también correspondió a mi sensación de zozobra que te decía.Me acuerdo de algo que pasó, yo era muy chica, 10 años tendría y escucho a mis padres hablar detrás de una puerta. Mi mamá le recriminaba a mi papá una de las tantas historias amorosas que habrá tenido y él trataba de explicar lo inexplicable. Muchos años después pensaba, ¡quién me mandó a mí a estar ahí! porque mis hermanos dormían plácidamente, ellos discutían en vos baja. Entonces yo en el fondo olía ciertas cosas, que los demás no.¿Qué te diría esa niña a vos?Me diría, que esto va a ser un parto largo. Yo guardo tantas cosas en la memoria, tanto detalle, así como también hay cosas que las he olvidado completamente, guardo muchas cosas. Puedo recuperar hasta olores, sabores, texturas, entonces hay cosas que se siguen extendiendo en el tiempo. Creo que podría vivir tranquilamente hasta los 90 como mi padre. Por eso la niña me diría: “mirá que este es un camino muy largo, tenete paciencia, no te acongojes”-Muchas Gracias Aida, espero verte pronto y mas seguido. Ha sido un placer.Gracias Pablo, siempre es un placer encontrarnos, charlar o pergeñar alguna nueva andanza juntos. Hasta prontoMe quedo pensando que los dos últimos libros de Aida nos juntó para su presentación y ella accedió a una forma distinta, no la formal, a algo mas interesante como tomar un texto  y transformarlo en una puesta en escena que a mi criterio hacía mas atractiva la presentación. Ella accedió y además actuó. Fue muy enriquecedor para ambos.Aida Arias fluye entre cartas de tarot, chamanismo, alquimias y escrituras. Nos volveremos a encontrar.Pablo Otazú10.06.21TranscripciónAgustina Otazú

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