2021-06-30

Verónica Retamal le da vida a su nueva novela, una historia de amor, erotismo y dolor

Luis Beltrán.- Verónica Retamal puede decir que la pandemia tuvo un aspecto positivo, la empujó a descubrir una gran pasión. Hace algunos días nada más terminó su tercer libro, Kintsugi, volver a ser. Ya presentó antes Flor de Loto y Flor de Cerezo. La escritora contó que los días de cuarentena fueron determinantes para encontrar en la escritura una forma de escape. Y empezó primero como algo poco pretensioso aunque luego de hilvanar ideas llegó el primer libro y más tarde el reconocimiento de lectores. Esa experiencia la motivó a continuar convencida. El lugar donde se levanta la historia no está definido por la autora. Puede ser cualquiera, a elección de los que decidan meterse en la novela que lleva el título de Kintsugi, volver a ser. Kintsugi es una técnica japonesa centenaria que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas y que ha acabado convirtiéndose en una filosofía de vida. "Se trata de una chica, Anna, que tiene el corazón roto y tiene que recuperar el amor propio", contó. Anna sufre una infidelidad y el dolor le impide confiar en los hombres nuevamente. Transita el camino para sanar esa profunda herida y descubre pasiones como la música y un amor fugaz. El relato está envuelto en erotismo. Verónica admitió que la historia le permitió revisar aspectos de su vida. Indagar y descubrir qué le estaba pasando en un momento de su vida. Hoy envió el manuscrito a la editorial Kuruf. La ilustración está a cargo del ilustrador de Luis Beltrán Francisco Belloccio.

"Se trata de una chica, Anna, que tiene el corazón roto y tiene que recuperar el amor propio"

La repercusión de su primer libro la sorprendió. Encargó apenas 15 libros y a la semana tuvo que encargar 100. La gente se sintió identificada con una historia que estuvo atravesada por al violencia de género. Mucha gente le escribió para transmitirle sus experiencias similares a las imaginadas en la novela. "Tener un libro publicado es impresionante, una emoción muy grande. Es como tener un hijo. Es un hijo de papel", definió alegre.

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