Detalles de una fiesta especial

Choele Choel.- Las fiestas que reúnen a la comunidad tienen un significado especial luego de haber atravesado por el terreno más sombrío y doloroso de la pandemia. Viernes y sábado se desarrolló con éxito la 47ma edición del Festival de Folklore de Choele Choel. La vida de la fiesta comenzaba a bordarse varios metros antes de llegar al escenario con parejas sentadas y sonrientes en la vereda del paseo para disfrutar de la música (a la distancia) y el mate. Una hilera de luminosos puestos de comida al costado del predio desprendían sus filas de vecinos ansiosos, por ejemplo, de probar las empanadas fritas."¿Alguno quiere al horno?", preguntó una señora que se desplazaba con rápidos movimientos en pocos metros para crear la tradicional comida y  cumplir con la demanda. La respuesta fue tibia. Parece que quieren fritas. Niños y niñas correteaban sin detenerse un instante, abrazados/as a pelotas gigantes y coloridas que solo podían ser adquiridas si el aspirante lograba pasar con éxito un juego que exigía algo de destreza y, claro, brisas de buena fortuna. Mientras tanto, el toro mecánico -más allá de sus variados e interminables intentos eléctricos- no lograba derribar a una niña de pelo flameante que se había agarrado con tanta firmeza. La efusividad en los saludos certificaban que hace tiempo no se veían. Y la desgranada fila para comprar los impostergables sándwiches de pernil se convirtió sin querer en el lugar ideal para compartir el parte sobre las últimas novedades familiares. Todo esto envuelto por la música que se ocupó de alegrar corazones en tiempos que comienzan a despegarse de las penumbras.