24/10/2021

Caro Magnalardo: La historia de una batalla que le ganó al cáncer

Caro Magnalardo: La historia de una batalla que le ganó al cáncer
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Neuquén.- En una entrevista para 7 en Punto, Carolina Magnalardo, periodista neuquina de destacada trayectoria y escritora, nos cuenta su historia de lucha contra el cáncer. Caro, como la llaman comúnmente, nos trae un mensaje de esperanza y reflexión. En el 2017 le diagnosticaron cáncer de mama y es a partir de ahí que comienza un camino de experiencias, miedos y sueños para alguien que transita la enfermedad.Después de dos años de batalla logra vencerlo y a través de su historia busca concientizar a las mujeres.- ¿Caro podés contarnos cómo era tu vida antes del diagnóstico?-Antes de mi diagnóstico de cáncer de mamas, en el 2017, yo era una persona que vivía todo al límite, alegrías, enojos. Todo era en extremo. Por ejemplo, cuando algo me molestaba, me enojaba o me ponía triste, era un estadio en el que quizás llegaba a estar meses, me costaba correrme de eso y enfocarme en lo importante. Por sobre todas las cosas era una obsesiva con mi trabajo. Lo más importante era cumplir con las responsabilidades laborales, y no solo que las cumplía, sino que daba más de lo que debía, siempre el trescientos por ciento de lo que me correspondía y eso hacía que no tuviera tiempo para mí. Era pensar en el trabajo constantemente, vivir para él, el resto siempre podía esperar, incluso mi salud. De hecho, cuando tuve mi primer acercamiento con el tumor, que fue cuando me estaba bañando y me lo toque y sentí que ya era grande, pase dos meses perdiendo turnos con el médico porque tenía obligaciones laborales. A veces estaba llegando al turno y me llamaban y me decían, “Che hay una entrevista con tal, tenés que ir” y en vez de decir, espera que estoy entrando a mi médico, me daba media vuelta y me iba a trabajar. Así estuve dos meses. También la vida me fue llamando la atención porque fui viendo la palabra cáncer por todos lados. La veía en las patentes de los autos, abría mis redes sociales y aparecían campañas, entendí que había algo más ahí y no podía seguir dejando pasar el tiempo.Luego cuando tuve el diagnostico empecé un trabajo conmigo misma para ponerme como prioridad y aprender que todo puede esperar, que primero estoy yo y que la salud es lo más importante.- ¿Cómo fue recibir los resultados que te diagnosticaron el cáncer?-Cuando me dieron el diagnóstico lo primero que pensé fue en la muerte. Le pregunte a la médica: ¿Cuánto tiempo de vida me queda? ¿Cuándo me voy a morir? Y ella me dijo: “No. No te vas a morir, vamos a hacer un tratamiento. Vas a salir adelante y vas a tener una vida plena”.Con el pasar de las horas y con todo lo que me fueron explicando mis médicos, entendí que no me iba a morir. Pase en pocas horas de un sentimiento totalmente fatalista a la esperanza y la convicción de que le iba a dar batalla y le iba a ganar.[caption id="attachment_143655" align="alignleft" width="410"] Obra de Carolina Magnalardo: “La teta que tenía algo para decir”[/caption]- Sabemos que escribiste un libro que se inicia junto a tu lucha ¿Qué cosas recuperas de importante para dar a conocer, de lo vivido durante el tratamiento?-Mi libro “La teta que tenía algo para decir” nació del amor que recibí de tantas mujeres que habían transitado esta enfermedad. Muchas que sin conocerme se acercaban y me daban una palabra de aliento. Fueron tan importantes esas demostraciones de amor que entendí que yo también tenía que ayudar a otras.Como buena obsesiva que era iba registrando todo lo que ocurría día a día en una agenda. Entendí que tenía que convertir mi historia en algo que se pudiera contar y ser útil, para que  las mujeres entiendan la importancia de detectar  esta enfermedad a tiempo. Cuando uno piensa que el cáncer de mama es la primera causa de muerte  por tumor en mujeres pero que a la vez el cáncer de mama detectado a tiempo es tratable y se puede tener una vida plena, entonces  quiere decir que estamos llegando tarde con el diagnóstico.  Tenemos que ir mucho antes al médico porque nos estamos dejando estar. Entonces por un lado era eso, ayudar a concientizar, y por el otro ser una herramienta de apoyo y acompañamiento para las mujeres, para que sepan que no están solas, que el camino no es fácil pero tampoco imposible y que la recompensa a esa batalla que van a dar es seguir despertando cada mañana, que no hay nada más maravilloso que eso.- ¿Qué les dirías a las personas que están cerca, a los afectos, de quien transita la enfermedad del cáncer?-Hay algo muy importante en el tratamiento que debe hacer una paciente oncológica, para mí por lo menos, y tiene que ver con rodearse de amor. Que la paciente no tenga miedo de alejar de su vida lo que tenga que alejar, y solamente rodearse de cosas y personas positivas.A veces sucede que nuestros familiares, amigos, seres queridos, están preocupados por nuestra enfermedad y no saben cómo ayudar, entonces yo siempre recomiendo que le pregunten a la paciente qué necesita. Porque a veces tenemos días que no queremos que nadie nos hable, no queremos ver a nadie, otros que necesitamos que estén más que nunca encima nuestro. Entonces sugiero que le preguntemos cómo querés que te acompañe, te puedo preguntar todos los días o preferís contarme cuando tengas ganas. Yo lo tuve que hacer con mi mamá. Ella es sobreprotectora, cuando le conté el diagnóstico, le dije “voy a necesitar que no seas vos. No te puedo tener encima como sos, porque demasiado voy a tener con mi enfermedad y voy a necesitar que estés en la medida en que yo lo necesite” y mi mamá con todo el amor increíble que tiene una madre hacia una hija se la banco y estuvo los dos años firme, ahí. Cuando yo la necesitaba y quería hablar del tema ella estaba. Cuando no quería hablar ni siquiera lo mencionaba, respetaba mis tiempos y mis días, que no eran fáciles para nada.Entonces se entiende que los afectos estén preocupados, quieren acompañar, mostrar que están. Pero preguntémosle a la paciente cómo necesita que la acompañemos. Qué necesitas de mí en este camino.

"Hay algo muy importante en el tratamiento que debe hacer una paciente oncológica, para mí por lo menos, y tiene que ver con rodearse de amor"

-Si bien es una lucha que sigo dando a diario, estoy en una etapa de controles y sigo tomando una pastilla. Siempre digo que mi cáncer fue sinónimo de aprendizaje sobre la vida, más allá de que tengo 39 años y se supone que uno debería saber bastante de la vida, aprendí mucho de mis afectos, de la importancia de no tener miedos, a sacar de mi vida a las personas que no sumaban. Hoy sigo aprendiendo con mi cáncer, ya no soy más esa obsesiva del trabajo, veo la vida desde otro lugar, me doy tiempo para cuidarme, para hacer cosas que antes no hacía. Por ejemplo, salir a caminar, hacer ejercicio, cosas que no hacia porque yo creía que no tenía tiempo por las responsabilidades laborales.Cada tanto lucho con esa Caro vieja que quiere aparecer y que me quiere llevar puesta, con esa Caro obsesiva laboralmente. Y me pasa algo muy loco, por eso digo que es importante escuchar al cuerpo. Cuando esa Caro quiere aparecer me da un pequeño pinchazo en el sector del tumor, al costado de la teta izquierda y eso me vuelve a poner en eje y me recuerda mi batalla y que por nada del mundo tengo que tirar atrás todo lo aprendido. En este camino de auto percibimiento estoy  atenta a los detalles simples de la vida, que a veces en la vorágine del día a día nos los perdemos.- ¿Qué mensaje les dejarías a todas las mujeres?-Aunque las estadísticas marcan que de cada diez mujeres, un hombre tiene cáncer de mama, es importante que ambos  puedan hacer un párate en la vorágine diaria y escuchar al cuerpo y no dejar pasar el tiempo ante algún síntomas. Y Las mujeres que realicen sus controles.Además, les diría que puedan hacer un balance de las cosas positivas que nos rodean. Muchas veces nos embarcamos en el enojo o en la frustración por lo que no tenemos y eso no nos permite ver lo que sí tenemos.  Yo con mi cáncer nunca estuve enojada con Dios, ni me pregunté porque me pasaba esto, sino que me preguntaba para qué. He tenido una vida hermosa, feliz, rodeada de amor. A veces somos más derrotistas que otra cosa.  Entonces un mensaje sería, y más en este año, con las cosas que hemos pasado, que hemos vuelto a poner en la balanza las pequeñas cosas, que ya teníamos asumidas como naturales y entonces no valorábamos, como ir a ver a mamá, compartir tiempo con amigos, tener trabajo. En definitiva, lo importante es poder parar un poco la pelota, mirar el futuro con esperanza, con actitud, con convicción de ponerse un objetivo e ir tras él con todas las ganas, y en eso tiene que ver también el cuidado de nuestra salud, ir al médico, escuchar lo que nos dice nuestro cuerpo, llevar una vida saludable que a veces cuesta tanto. Ponernos como prioridad.-Ella es Carolina Magnalardo, una mujer de lucha, que se compromete con la causa y se despide así:- “Gracias por este espacio para hablar sobre el cáncer de mama, por ayudar a difundir el mensaje de “La teta de que tenía algo para decir” porque es fundamental que cada vez hablemos más sobre el tema, que le perdamos el miedo a las palabras, que ayudemos a concientizar cada uno desde su lugar. “La teta que tenía algo para decir” es mi libro y se puede conseguir escribiendo al Facebook que lleva el mismo nombre.Por Belén Ciavatta y Gisela Galván. Estudiantes de la Tecnicatura en comunicación social orientada al desarrollo local del IFDC de Luis Beltrán.

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