15/11/2021

Cierre definitivo de La Campagnola: "Lo dimos todo, pero sabíamos que era muy posible que sucediera"

Cierre definitivo de La Campagnola: "Lo dimos todo, pero sabíamos que era muy posible que sucediera"
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Choele Choel.-  Lamentablemente una de las empresas más reconocidas en la provincia, relevante para muchos productores regionales, cerró definitivamente su predio, dejando un triste recuerdo para los vecinos que durante años fueron empleados de esta empresa. O para los que esperaban la época de producción para sumarse a la misma, o los que ponían sus camiones en marcha para el traslado del tomate. Una imagen que quedará en la retina, con los sonidos que se escuchaban a primera hora de la mañana, indicando el inicio de una nueva jornada en La Campagnola.Constituida en esta localidad en 1972 en el predio que adquiriera la empresa, se ubicó estratégicamente en el barrio Villa Unión. Hoy, con un paisaje desolador, con árboles caídos por el viento, una garita de seguridad con sus vidrios rotos, altos pastizales, portones a medio cerrar y galpones que están siendo desmantelados por la empresa. Es el fin definitivo de un lugar que cosechó muchas historias.En 2006, la firma Internacional Arcor compró el predio de la Campagnola y a partir de ese momento, las idas y vueltas empresariales comenzaron a verse reflejadas en los prontos despidos de los empleados más antiguos, augurando de alguna manera lo que sucedería tiempo después. Finalmente a principios de 2019, por decisión de la junta directiva, se procedió al cierre.Este medio se entrevistó con Darío Castro, quien es referente de la Federación Agraria Argentina en Río Negro, Distrito Patagonia y en un mano a mano le contó a 7 en punto sobre los motivos que originaron el cierre y la frustrada negociación con los empresarios de esta firma internacional.La empresa contaba con 50 o 60 empleados estables y en época de temporada, alcanzaba los 130. "Básicamente cada vez que hablábamos con los empresarios de ARCOR, nos planteaban que ellos tuvieron muchos problemas con la competencia, cuando se abrieron las importaciones y llegaba puré de tomate mucho más barato que el que se producía en esta empresa, entonces no podían competir. Luego se establecieron otros factores como los costos para producción local y los fletes. De esta manera decidieron el cierre definitivo", explicó.Castro aclaró que, de todas maneras, "no creo que haya sido tan así, el negocio de ARCOR son las golosinas, no el puré de tomate, para ellos representaba un 1% de lo que es la firma".Opinó que "los funcionarios que hablan de sustentabilidad y rentabilidad del producto se ponen en la camiseta de la multinacional y no en la piel de los trabajadores y productores de nuestra región. Nosotros junto a los trabajadores agrupados, en una cooperativa de trabajo, hicimos las gestiones en todos los organismos". Luego agregó: "Le planteamos la reactivación a la Dirección de Empresas Recuperadas de la Nación, ya que estaban todas las máquinas en su lugar, articulamos luego con Provincia y Municipio para que todos acuerden, pero los resultados hoy no son los que queríamos", contó.El intento de poner nuevamente en marcha la fábrica a través de la Dirección de empresas recuperadas tuvo una pronta respuesta de la multinacional que envió, a Choele, a una consultora de comunicación, marketing y relaciones públicas, con el fin de realizar un relevamiento fotográfico y de video en las instalaciones de la empresa. Poco tiempo después, salieron a remate los equipos de la fábrica.Paralelamente, desde el ministerio de Produccción y Agroindustria de la provincia se mantenían negociaciones con la empresa, tendientes a evitar el desmantelamiento de las instalaciones del predio del barrio Villa Unión. Hoy, viendo la incesante circulación de camiones que transportan los activos de la empresa hacia otras latitudes, podemos deducir que las mismas fueron infructuosas.

"Estimamos que la empresa, ARCOR, puso en venta todos los equipos con los que operaba esta fábrica", afirmó Castro.

Hace un tiempo, se creó una cooperativa entre antiguos operarios de la Campagnola con el fin de poder reactivarla. "Las noticias de todo lo que iba saliendo con respecto a todo esto se iba informando en este grupo, pero hace unos días ya sabíamos que esto podía suceder. Tuvimos reuniones con productores tomateros. Hicimos todo lo posible para poder establecer nuevamente la activación de la empresa".Ahora los pocos productores tomateros que quedan en la región llevan su producción a la localidad de Darwin, donde funciona la empresa Molinos Brüning. Hoy solo hay unos 10 productores que hacen alrededor de 150 hectáreas de tomate para industria.Hoy, lamentablemente, este predio quedará en el abandono como tantas otras empresas en el país, el paisaje es desolador para todos los vecinos y sobre todo para aquellos productores que por tantos años trabajaron a la par de la empresa. El deseo de todos es que algún día seamos capaces de crear, en nuestro país, las condiciones económicas y de previsibilidad que permitan preservar y hacer crecer las fuentes de trabajo que, con esfuerzo y dedicación, supieron forjar quienes nos precedieron.

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