19/01/2020

De la vida en una chacra de Choele Choel a liderar una billetera virtual en América Latina

De la vida en una chacra de Choele Choel a liderar una billetera virtual en América Latina
Sebastian Serrano
Sebastian Serrano

Durante una tarde común de infancia y profunda curiosidad, Sebastian quebró la monotonía con la lectura apasionada de una enciclopedia británica que sus padres le habían regalado. "Hombre, ciencia y tecnología". Y su hermano José recibió otra, "Hombre, arte y sociedad". Sebastian Serrano es uno de los creadores de Ripio, una de las principales billeteras virtuales de América Latina. Y su hermano, compositor, recorre el mundo con la música.[caption id="attachment_108124" align="alignright" width="512"] Sebastian Serrano (foto Bank Magazine)[/caption]Ahora, Sebastian está en su oficina en San Pablo, Brasil. Y los recuerdos de su infancia en la chacra de Choele Choel están colmados de emociones y buenos retratos. "Un día encontré una revista que hablaba de computadoras como el futuro. Y eso me fascinó", recordó. Y un tío ingeniero que vivía en Bahía Blanca respondió a buena parte de sus incipientes curiosidades. Se fanatizó -según describe- con el vasto universo de las computadoras que empezaban a cautivar el interés de la sociedad, y le insistió a su padre que le comprara una Commodore 64. "Aprendí a programar con la ayuda de mi tío, es que siempre fui un nerd", reconoció entre risas.

"Un día encontré una revista que hablaba de computadoras como el futuro. Y eso me fascinó", recordó el fundador de Ripio

A sus gustos se sumó otra inquietud, los emprendimientos. "Empecé temprano, trabajé en el primer proveedor de internet que tuvo Choele Choel", apuntó. Sus días se repartían entre las obligaciones escolares y los nuevos descubrimientos. En 1998 viajó a la ciudad de La Plata para estudiar licenciatura en física. "Siempre vuelvo, para navidad, por ejemplo. Mi mamá y mi hermano menor Gonzalo siguen en Choele", contó."El rol de mis padres fue muy importante", reconoció el destacado emprendedor; "nos inculcaron mucho el estudio. Eran dos intelectuales en medio de una chacra y sintieron que tenían que darnos herramientas. Nos impulsaron a leer y perseguir objetivos", describió.Sebastian estudió tres años la licenciatura en física pero se dio cuenta que prefería "hacer y construir" que investigar. Por eso, decidió cambiar de carrera y recibió el diploma de analista programador universitario. Y en el final, ya estaba envuelto en el surgimiento de una empresa. "En 2012 conocí el bitcoin, blockchain, sentí que internet volvía, y me partió la cabeza", describió, y recordó que en ese momento pensó que se trataba, en definitiva, de "una red descentralizada, "es un libro contable para la humanidad". Y Ripio, su empresa, de dedica a construir herramientas para que la gente pueda utilizar esta tecnología, como billeteras para guardar criptomonedas o criptoactivos, como como se denominan ahora.Cada instante que requiere la reconstrucción de sus días en Choele Choel le despierta a Sebastian una sonrisa natural en la charla. Ahora en San Pablo, inmerso en otra geografía, otro decorado y obligaciones convive con el futuro. Cada razonamiento está teñido de lo que vendrá. Eso es inevitable, como los hermosos recuerdos de la chacra de su infancia.

Te puede interesar
Ultimas noticias