"El seguimiento": La tarea silenciosa de acompañamiento a los aislados por Covid

Choele Choel.- Primero parece mentira. Como si alguien se hubiese equivocado al darnos la noticia. Luego la aceptación y el temor. ¿Quién hubiese dicho que, pese a todos los cuidados, hoy el Coronavirus está golpeando las puertas de nuestra casa?. La noticia de ese familiar, de ese amigo o de ese compañero de trabajo que dio positivo, nos puso en el ojo mismo de la tormenta y -de pronto- una realidad que, hasta hoy nos había afectado de una forma más indirecta, se mete de lleno en nuestro propio hogar.  ¡Estamos "aislados"!.Primero, uno piensa en los aspectos operativos: ¿Cómo nos abastecemos de alimentos? ¿Qué hacemos con algunas obligaciones que teníamos pendientes?.... cosas triviales. Después de todo, son varios días de encierro sin contacto con la sociedad y hay que organizarse. Pero después llegan las dudas: ¿Estaremos positivos también nosotros? ¿Hay que tomar algún remedio? ¿Será cierto lo que leí en el Face de que....?. Millones de interrogantes. De dudas que, ante la inminencia de un contagio y en la soledad impuesta, se vuelven enormes. Asfixiantes. Como esta enfermedad que rodea a toda la sociedad.Y justo en ese momento de preguntas sin respuestas, aparece un mensaje de whatsapp de un número, muchas veces desconocido, preguntando ¿Cómo estás?. Es el equipo de monitoreo del Hospital local que se pone en contacto con cada una de las personas aisladas o sus grupos familiares y las acompaña brindándoles contención y acompañamiento durante todo este proceso que les toca transitar."Hay dos equipos de monitoreo. Uno médico y otro no-médico", nos cuenta la bioquímica Valeria Dellamea, encargada de epidemiología del hospi y coordinadora de estos equipos. El primero está conformado por una cantidad aproximada de cinco o seis médicos de salud pública que se encargan de acompañar a las personas que ya dieron positivo de Covid, haciendo una especie de consulta médica diaria telefónica en la que analizan la evolución del paciente, desde sus hogares, sin necesidad de que éste concurra a la guardia.El otro equipo, más numeroso que el primero, está conformado por personal de otras áreas de salud (hay radiólogos, nutricionistas, agentes sanitarios, etc) pero también por personas voluntarias que han decidido generosamente brindarse a su comunidad, ayudando de esta manera a descogestionar un sistema de salud sumamente tensionado por la lucha contra la pandemia.Diariamente, Valeria comparte en el grupo de monitoreo no-médico el listado de nuevos casos positivos y ellos se reparten la tarea. Por cada positivo, se arma un grupo de Whatsapp con todos los contactos estrechos, y allí se los informa de los procedimientos y las metodologías del aislamiento, pero también se va haciendo un seguimiento de síntomas de las personas aisladas, para tratar de lograr una detección temprana de nuevos casos y sus respectivos contactos estrechos.Esta crisis mundial se ha metido en la vida diaria de todos. Aunque nunca nos haya tocado lidiar de cerca con el virus, ya sea por contagio propio o de algún ser querido, el bombardeo permanente de información vinculada a las estadísticas, los riesgos y las consecuencias del virus; han creado un temor en la gente que hace eclosión en una situación como esta, de aislamiento. En este momento, cuando nos vemos cara a cara con el virus, se terminan las especulaciones y las ideologías, por que es en ese instante -ese preciso instante- que sabemos que la moneda está girando en el aire y recién cuando caiga vamos a tener cabal idea de nuestras posibilidades de sobrevivir a  una enfermedad que no para de sumar víctimas, sin distinguir edades, razas ni clases sociales.Es en estas circunstancias que -más allá de las cuestiones médicas y epidemiológicas- estos grupos de monitoreo cumplen un rol humanitario importante brindando contención, acompañamiento y tranquilidad, por medio de una palabra amable, de una respuesta a tiempo y de un "saber que hay alguien del otro lado". Por otro lado, el sistema de salud también multiplica sus posibilidades, liberando recursos que son utilizados por aquellos casos que requieren un tratamiento más cercano o más personalizado.