26/05/2021

El síndrome de Burnout: Síntomas, prevención y tratamiento

El síndrome de Burnout: Síntomas, prevención y tratamiento
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“El desgaste profesional y el ambiente agobiante impactan a tal nivel, que la persona trabaja de forma mecánica”. La emergencia sanitaria impactó en la mayoría de los trabajadores de la República Argentina, y el mundo, ya sea por la reducción de horas, la imposibilidad de ejercer la actividad laboral o el cambio de sus rutinas mediante la adopción del teletrabajo, en el mejor de los casos.Así fue, que el home office para algunos, la soledad para otros, los chicos encerrados, las tareas escolares, las comidas, el miedo a contraer la enfermedad y el encierro, por solo nombrar algunos factores, se transforman en un cóctel ideal para el famoso “síndrome de burnout”.El síndrome de burnout, fue reconocido en 2019 como un trastorno mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo lo asocia a la sección “problemas asociados al empleo y desempleo” y lo describe como “un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito”.El mismo se caracteriza por tres dimensiones. En primer lugar, los sentimientos de falta de energía o agotamiento. En segundo lugar, el aumento de la distancia mental con respecto al trabajo, o sentimientos negativos con respecto al trabajo. Y por último, la eficacia profesional reducida.El agotamiento es un proceso gradual. No sucede de la noche a la mañana y aunque los signos y síntomas son sutiles al principio, empeoran con el tiempo. Los efectos negativos se extienden a todas las áreas de la vida, incluyendo el hogar, el trabajo y la vida social. A su vez, puede causar cambios a largo plazo en el cuerpo convirtiéndolo en vulnerable a distintas enfermedades.Recientemente, el portal de empleos Bumeran realizó una encuesta regional entre sus usuarios para comprender de qué manera los afecta el aislamiento social implementado por la pandemia por COVID-19. El primer dato alarmante que reveló la investigación, es que la mayoría de los consultados aseguró experimentar o haber experimentado el síndrome de burnout durante la cuarentena (el 87,9% de los argentinos, así como el 89,1% de los peruanos, el 82,4% de los chilenos, el 74,2% de los panameños, el 70% de los ecuatorianos y el 69,6% de los mexicanos encuestados).Entre las sensaciones y experiencias negativas atravesadas durante la cuarentena en relación al trabajo, las más mencionadas fueron el estrés, el no lograr desconectarse y el agotamiento. Un 22% de quienes respondieron desde Argentina mencionaron un agotamiento fuera de lo normal por la carga excesiva de trabajo, la imposibilidad de desconectarse del trabajo, aunque la jornada laboral haya finalizado (22%) y una sensación de estrés (12,8%). Respuestas similares se obtuvieron en el resto de los países, en los que la realidad de quienes atraviesan la pandemia es muy similar más allá de las fronteras.Otro punto que llama la atención es la desmotivación de quienes trabajan desde sus casas en este contexto mundial de adversidad. Otro factor destacado que hace al malestar de los consultados tiene que ver con la extensión de las jornadas laborales que en este contexto suelen ser más largas de lo habitual. El 68,5% de los argentinos aseguró que trabaja más horas que lo que solía hacerlo en la normalidad. De la misma forma respondió el 81,1% de los peruanos, el 67,7% de los chilenos, el 60% de los ecuatorianos y el 55,2% de los panameños. Por su parte, la mayoría de los mexicanos (52,2%) considera que no trabaja más horas que las que trabajaba antes de la pandemia.Asimismo, el 44,5% de los empleados argentinos aseguró no poder separar la rutina laboral de la vida personal en un contexto en el que ambas se llevan a cabo dentro del hogar. Un 33,8% declaró que, si bien trabaja un poco más que antes, logra imponer límites horarios y respetarlos y un 21,7% expresó que armó una rutina que cumple y separa los espacios de trabajo dentro de su hogar.

Prevención

La prevención debe comenzar en las empresas. En un principio, evaluando las situaciones que generan el estrés y la ansiedad en los trabajadores y tomando las decisiones y las medidas adecuadas para intentar reducirlo.Para ello, deben mejorar la organización y proveer de herramientas necesarias para que los trabajadores puedan realizar sus tareas de forma adecuada y no tengan tanta sobrecarga laboral.Además, adquirir una actitud asertiva, estableciendo una relación comunicacional, sin discutir, ni someterse a la voluntad del resto de compañeros y defendiendo sus convicciones.Por otro lado, es recomendable que modifiquen las expectativas que tienen en el trabajo. No se trata de renunciar a las ambiciones y aspiraciones. Simplemente debe buscar un punto intermedio que se ajuste más a la realidad y ver la situación como una oportunidad para aprender y crecer en otros ámbitos diferentes a los que se había propuesto inicialmente.

Tipos: Puede dividirse en dos tipos:

  • Burnout activo: El empleado mantiene una conducta asertiva. Se relaciona con elementos externos a la profesión.
  • Burnout pasivo: Suele tener sentimientos de apatía y se relaciona con factores internos psicosociales.

Tratamientos

El síndrome de burnout debe abordarse de forma global, con iniciativas que incluyan desde cambios organizativos en la empresa hasta tratamiento psicológico. En el plano individual, el tratamiento psicológico debe centrarse en los siguientes aspectos:
  • Psicoeducación y autonococimiento. Conocer el burnout y los factores que lo originan, así como las circunstancias que están detrás de cada caso particular.
  • Aprender a afrontar el estrés. Mediante técnicas de relajación y respiración, así como con terapia psicológica congitivo-conductual.
  • Ajustar las expectativas a la realidad.
  • Mejorar el autoestima.
  • Trabajar la resiliencia y la asertividad.
  • Hábitos saludables. Una alimentación sana, abandonar el tabaco, el alcohol y otras drogas y la práctica regular de ejercicio físico son fundamentales para afrontar el estrés y contribuyen a la salud mental.
En los casos en los que el afectado padezca depresión y ansiedad, deberá someterse al tratamiento farmacológico que le prescriba el médico.
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