08/01/2022

Historias de La Julia: Una breve reseña escrita por el poeta Emilio Andrich

Historias de La Julia: Una breve reseña escrita por el poeta Emilio Andrich
Estancia La Julia
Estancia La Julia
ESTANCIA "LA JULIA"

Por Emilio Germán Andrich - Dic. 1985 (*)   

Recopilación Ricardo E. Garbers - Ago 2021

Remembranzas históricas

Estamos sentados sobre un raigón corpulento en una playita pedregosa del Río Negro.

Vemos el agua que corre mansa pero caudalosa reflejando los sauzales de la costa, mientras las cuchillas de la margen opuesta muestran sus lomos desolados, áridos, sigilosos como si ocultaran algo viviente o sobrenatural que querríamos adivinar pero que no distinguimos.

 

Todo parece inmovilizado en el tiempo. Nuestra imaginación retrocede. Así estaba, pensamos, un día de Marzo de 1881. Entrecerramos los ojos y nos parece percibir a la distancia un vaporcito que avanza despacioso río arriba y cuya chimenea lanza, en resoplidos acompasados, volutas de humo algodonado, mientras las enormes ruedas de paletas que lo impulsan se mueven casi a desgano.

La correntada que se le opone y lo hace sesgar parece cubierta de lentejuelas de plata bajo el sol brillante de la tarde. La quietud del monte y del cielo se interrumpe fugazmente con el vuelo alucinado y el hueco graznido de alguna “bandurria” o de las garzas que anidan en estos sauces.

El vaporcito va arrimándose cauteloso a la costa. Se oye el chapuzón del ancla que cae. Ahora podemos leer el nombre del barquito: Rio Neuquén: Enseguida vemos que por la popa sueltan el chinchorro para el desembarco y suben a él el Tte. Coronel Erasmo Obligado, el Tte. 1° Jorge J. Rohde, y el piloto don Edmundo Moyzes. Abordo aguardan el Tte. Don Eduardo O´Connor y el Subteniente D. Santiago Albarracín. Todos ellos forman parte de la Comisión exploradora del Negro y del Limay, a las órdenes del Gral. Villegas, cuya 3ª. Brigada se encuentra apostada en la Isla de Choele Choel.

[caption id="attachment_147990" align="alignleft" width="184"]Tte Cnel de Marina Erasmo Obligado Tte Cnel de Marina Erasmo Obligado 1842 - 1885[/caption][caption id="attachment_147989" align="alignright" width="196"]Ttte. De Marina Eduardo O´Connor Ttte. De Marina Eduardo O´Connor 1858-1921[/caption]

Tan pronto los tres primeros hacen pié en la costa (tal vez históricamente en este mismo paraje donde nos hallamos) el piloto amarra el vaporcito a un sauce con la maroma que le arroja un marinero. Son precisamente las “7 y 20 p.m.” del 2 de Marzo de 1881. Enseguida procuran un lugar apartado donde hacer un fueguito y tomar unos mates. Ahora el piloto le informa a Obligado que “han anclado cerca de Castre, principio de la travesía a Valcheta”

Entretanto el Tte. Rohde hace unas anotaciones y va hilvanando mentalmente la redacción del parte diario que elevará a la superioridad. Recuerda que ayer, 1° de Marzo venían subiendo en dirección a la guardia de Conesa donde se abastecieron de carbón. El consumo fue grande porque “en trechos la correntada era de 4 millas por hora y el vapor (a pesar de calar solo 2 pies y 6 pulgadas –unos 75 cm-) no puede avanzar más de 5 millas por hora.

Esta madrugada partieron de Paso del Triunfo, atravesaron el de Chocorí, y por fin arribaron a esta playa a la tardecita.

[caption id="attachment_147992" align="alignright" width="174"]Gral. Liborio Bernal General Liborio Bernal
1838-1901[/caption]

Entretanto a unas diez o doce leguas de aquí, la 3ª. Brigada al mando del Coronel Liborio Bernal, con asistencia personal del Gral. Villegas que la acompaña, debe estar ya atravesando el río hacia la banda derecha con sus 525 hombres, 36 oficiales y 10 jefes” – toda una expedición – para marchar entre jarillales, chañarales y piquillines (a través de los actuales pagos de Colonia Josefa y “La Julia”, hasta el punto denominado Castre, casi enfrente al fortín Negro Muerto. Allí van a acampar hasta el 11 de Marzo, porque la mayor dificultad que se ofrece es la de salvar la travesía de Balcheta (sic), cuyos misterios están sepultados en lo hondo de sus quebradas”

Podríamos decir que los estamos viendo desplazarse mientras vienen acercándose a Castre en medio de una intensa polvareda y el rumor de sus pertrechos. Avanzan. Avanzan resueltos con Villegas al frente y ya pasan delante nuestro; ya se alejan y se confunden entre los matorrales. Pero ahora son apenas sombras silenciosas que se deslizan cabalgando con su incorporeidad fantasmal a través de los tules que el humo del vaporcito va enhebrando en los pajonales de la costa…

Si pasamos una rápida ojeada a lo acontecido muchos años más atrás, nos encontramos con que la región tuvo presencia - por agua y por tierra – de destacadas figuras, entre otros, el primer explorador navegante del Rio Negro, piloto de la real armada Don Basilio Villarino, descubridor de la Isla de Choele Choel (1782) – el piloto D. Nicolás Decalzi con la goleta “Encarnación” y simultáneamente por tierra, el Gral. Pacheco (1833) -  El Capitán de Marina Ceferino Ramírez (1869) – El Comandante Guerrico (1879) que con su vaporcito “El Triunfo” a pesar del auspicioso nombre, apenas pudo llegar a unas 40 leguas de Choele Choel y de allí se largó en bote (!)  a remontar el rio hasta dar con la isla, mientras el Sargento Mayor Santiago Bejarano avanzaba con la tropa en el mismo sentido y por los mismos campos.

[caption id="attachment_147993" align="alignleft" width="180"]Don Basilio Villarino (1741-1785) Don Basilio Villarino (1741-1785)[/caption]

Finalmente, y con posterioridad a Villegas, en Marzo de 1896, el Batallón 8 de Infantería, al mando del Tte. Cnel. Don Eduardo Munilla emprendió una marcha extraordinaria desde Fuerte Roca a Carmen de Patagones que cubrió en un tiempo realmente excepcional. En uno de sus partes a la superioridad, este Jefe refiere detalladamente como atravesó con su tropa, en medio de una fuerte inundación, precisamente esas tierras que ya ocupaba – y él lo menciona – su posterior dueño, Faguaga.

Pero los naturales trashumantes de la zona fueron las indiadas del Cacique Negro, de Chocorí, de Payllarén (este último en la isla), de Quiñehual, Pichilonco y Veillicurá, etc. cuyas correrías los reunían siempre en los campos de Choele donde convergían con las haciendas robadas para invernarlas y pasarlas luego a Chile.

Sería lógico pensar que en aquellas extensiones no habría cristianos afincados, sin embargo p.ej. el Tte. Rohde, antes nombrado, dice ”he hablado con colonos de Negro Muerto hacia abajo, que habitan desde hace años estas regiones, desde 10 – 15  y 20 años, a pesar de las continuas invasiones de indios”, y el Cap. de Fragata Valentín Feilberg (que en 1873 remontó, con 4 marineros, el río Sta. Cruz hasta sus nacientes), este Capitán, decimos, cuando adquiere al Gobierno una parte de la actual “La Julia” declarar que “era poblador del lugar desde 1879”.

[caption id="attachment_147996" align="alignright" width="183"]Valentin Feilberg (1852-1913) Valentin Feilberg
(1852-1913)[/caption]

En síntesis, con estas referencias circunscriptas al ámbito donde se asienta la Estancia, hemos querido describir rápidamente un paisaje histórico que ilumina con sus andanzas, sus luchas y sus promisorios esfuerzos toda esa comarca donde ahora prosperan establecimientos, chacras fecundas y colonias progresistas.

Porque frente a aquellos hechos y a aquellos hombres estas tierras cobran los colores vivaces que la enaltecen y las hacen merecedoras para todos aquellos que hoy se sienten, con su trabajo, protegidos en su seno.

 

Antecedentes de la propiedad

Ahora ya podemos ir en búsqueda de los antecedentes inmediatos de la Estancia llamada en 1905 de “Chañares Altos”. Este predio se componía de 20.000 hectáreas, se integró con dos parcelas cuyos orígenes y posteriores dueños fueron los siguientes: en Mayo de 1886, el Presidente Tte. Gral. Don Julio A. Roca, cede al Sr. Domingo Ávila “cinco leguas de las 44 leguas mandadas a entregar a Doña Aurora B. de Mendoza en los puntos de los Territorios Nacionales que fuese conveniente”  y a pedido de Dávila este ubica las 5 leguas en los lotes 10 al 13 de la Secc. 8ª. del Territorio de Rio Negro, es decir unas 12.500 hectáreas con frente al rio y a Negro Muerto. Sucesivamente Dávila se desprende del campo y este pasa en 1888 al Dr. Juan García Fernández, quien en 1903 lo vende a Don Francisco Enrique Faguaga.

Por otra parte y lindando con estas fracciones se hallan hacia el Este dos lotes que suman 7.500 hectáreas. Estos, en Diciembre de 1887 se venden por Decreto del Presidente Juárez Celman (al precio de veinte centavos m/nacional por hectárea) (!) al Capitán Valentín Feilberg de quien ya hablamos antes, que afirma ser poblador de esas tierras – como dijimos – desde 1879 y que estaban ubicadas donde, en principio, se había proyectado crear la Colonia Gral. Frías, lo que nunca se llevó a cabo.

Allí también una parte de ese campo – como dato curioso- había estado, al parecer, arrendado a Don Edmundo Moyzes, aquel piloto del vaporcito que en 1881 condujo a la Comisión de Rohde, pero este presunto arrendamiento, por su inconsistencia no prosperó.

Bien, el Capitán Feilberg hipoteca luego – ante Banco Hipotecario Nacional - el campo, pero no puede sobrellevar los gastos y en 1888 lo vende a Don Estanislao Zeballos que sin duda conocía bien el lugar (véase su titulado “Viaje al país de los araucanos).

Pero Don Estanislao Zeballos tampoco puede sostenerlo mucho tiempo a pesar de la correspondiente hipoteca y el 1986 vende las 7.500 hectáreas a los hermanos Ciovini. Estos, acto seguido las venden a Don Federico Devoto y en 1906 las adquiere Don Francisco E. Faguaga. De esta manera Don Francisco reúne las dos parcelas en una sola estancia (12.500 hect. en 1903, más 7.500 hect. en 1906) de 20.00 hectáreas a la que denominó “Chañares Altos”

[caption id="attachment_148003" align="alignleft" width="163"]Guillermo Garbers, alemán (1857-1914)   Guillermo Garbers, alemán (1857-1914)[/caption][caption id="attachment_148002" align="alignright" width="195"]Julia Ginsberg, suiza (1861-1946) Julia Ginsberg, suiza (1861-1946)[/caption]

Transcurren dos años más. En 1908 Don Guillermo Garbers compra, finalmente, todo el campo – o sea las 20.000 hectáreas – al Sr. Faguaga. Junto con la propiedad le adquiere unas 23.000 ovejas, 400 yeguarizos, 300 vacunos, y todos los implementos de labranza, herramientas, coches, carros, sulkys etc. A partir de ese momento la estancia se llamará “LA JULIA” en homenaje a la esposa de Don Guillermo.

Como primer apoderado y administrador toma la dirección del establecimiento Don Rodolfo Lehmann, uno de los primeros colonos suizos que se había establecido en San Blas, quien se instala con su familia en la estancia. Hombre experimentado y activo, sus descendientes son hoy también destacados pobladores de la zona.

Hacia el año 1915 aproximadamente, se hace cargo del manejo del campo el Ing. Agr. Don Emilio Garbers, junto con el Dr. Otto Garbers (ambos hijos de don Guillermo y doña Julia).

[caption id="attachment_148008" align="alignleft" width="181"]Emilio Garbers (1888-1969)  Emilio Garbers (1888-1969) [/caption][caption id="attachment_148007" align="alignright" width="147"]Oto Garbers (1892-1948) Oto Garbers (1892-1948)[/caption]

Debemos recordar que a la superficie de 20.00 hectáreas se agregaron poco después un campo fiscal arrendado de otras 12,500 hectáreas “con 12 leguas lineales de alambrado” y más de 7.500 hectáreas alquiladas por D. Emilio a otro dueño vecino, lo que en resumen hicieron un total de unas 40.000 hectáreas en explotación activa bajo su administración.

La estancia La Julia contó además con varias chacras alfalfadas, un monte de frutales de óptima producción, 5 puestos comunicados por teléfono privado, 10 aguadas, carnicería, proveeduría, esquiladora mecánica propia, galpones, decauville y maquinaria de toda índole, más los vehículos, tractores, motores etc. Y una población que llegó a 50 personas.

 

[caption id="attachment_148016" align="alignleft" width="512"] Emparvando afalfa[/caption][caption id="attachment_148013" align="alignright" width="512"] Engavillando alfalfa[/caption][caption id="attachment_148015" align="alignleft" width="512"] Locomóvil a vapor (utilizado para mover las bombas de riego)[/caption][caption id="attachment_148014" align="alignright" width="512"] Tractor a vapor trasladando un locomóvil[/caption]

 

Sistematización de suelo y cultivo de alfalfa para semilla en La Julia

 

 

[caption id="attachment_148012" align="aligncenter" width="846"] Creciente del Rio Negro, cuando se cortó la Ruta 250 a la altura de La Julia[/caption]

 

En la actualidad, atraviesa al establecimiento la ruta nacional 250 por la que bregó el Ing. Emilio Garbers, fallecido en 1969.

[caption id="attachment_148020" align="aligncenter" width="306"]Ing. Agr. Emilio Garbers socio fundador y primer presidente de la Sociedad Rural de Choele Choel. Ing. Agr. Emilio Garbers
Socio fundador y primer presidente de la Sociedad Rural de Choele Choel.[/caption]

En cuanto a las 20.000 has originales y las 12.500 has incorporadas posteriormente se han parcelado siendo sus legítimos dueños sus hijos, cada uno de los cuales, independientemente, lleva a cabo una permanente y eficaz labor de cultivos y producción ganadera con mejoras y beneficiosa actividad para la zona.

[caption id="attachment_148023" align="alignnone" width="369"] Diciembre de 1985[/caption]

(*) Emilio Germán Andrich (16/5/1905 - 11/4/1993): Escritor y poeta. En su condición de ahijado de don Emilio Garbers, desde su infancia conoció la estancia la Julia y durante su vida siempre se mantuvo en contacto con la región. A partir de su experiencia en la zona, fue capaz de retratar en sus obras la vida y el paisaje patagónico de la época.  

 

 

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