"Esto funciona como una familia": Cumple un año la residencia para mujeres con problemas de adicciones

Colonia Josefa.- Sandra se transformó en un faro que impulsa el exigente trabajo diario. Ella fue la primera paciente del lugar y cuando llegó, estaba en situación de calle con un bolso cargado solo de dolores y problemas. "Los avances fueron tan importantes, ves ahora como se desenvuelve. No hay discusiones, restableció el contacto con sus hijos. Le cambió el semblante", describió orgullosa Lucrecia Passoni, directora de la residencia para mujeres con problemas de adicciones que mañana cumple su primer año.En el lugar se respira paz. No hay interrupciones y el vértigo no frecuenta la residencia. En el patio hay un gallinero bajo la sombra que generan grandes árboles que atesoran la historia de Colonia Josefa.[caption id="attachment_147159" align="alignleft" width="384"] Sandra, un ejemplo de superación personal[/caption]El caso de Sandra es inspirador en un camino siempre sinuoso.  También suceden las frustraciones porque hay mujeres que interrumpen el tratamiento.  "Las que trabajamos en temas vinculados a las adicciones sabemos que no es fácil", señaló Camila Martin González y agregó que cuando hay logros como el de Sandra -que hoy es colaboradora en la residencia- "lo festejamos mucho". "Por ellas estamos acá", resumió Lucrecia. No hay muchas residencias generadas desde el Estado en el país con este fin. Solo dos.Ambas coinciden en que el equipo que se armó es lo mejor que tienen. Además de las respectivas familias de las trabajadoras que respaldan una tarea compleja enredada de emociones. Las mujeres que llegan a la residencia llegan con problemática de adicciones, pero al poco tiempo se descubren otros temas delicados vinculados a la violencia, abusos y abandonos. "Además, todavía está el estigma de que la mujer tiene la responsabilidad de llevar la familia, ejercer la maternidad. ¿Y quién se ocupa de ellas?", se preguntó Camila.Lucrecia comentó que es muy importante el trabajo que se hace cuando las mujeres deben regresar a sus hogares, porque en la residencia se genera una cápsula de protección. Camila comentó que existe un dispositivo armado para ese complejo proceso; "a veces vemos que el problema del consumo es el menor dentro de una red de abandonos y vulneraciones que se han perpetuado en sus vidas".

"Este es un espacio de internación que busca una deshabituación de las sustancias"

Algunas abandonaron, otras cumplieron con el tratamiento y egresaron. El período de internación es de seis meses, "aunque vive en estado de alerta toda su vida"."Este es un espacio de internación que busca una deshabituación de las sustancias, y que a través de un plan farmacológico se logre estabilidad y se reduzca lo máximo posible esa medicación", explicó Camila y agregó que el objetivo es que cuando se vayan, puedan adecuarse a un sistema social saludable. "La mayoría no soporta estar seis meses", acotó.La estructura hoy de la institución cuenta con ocho operadoras. Existe un equipo de admisión integrado por la psiquiatra y  directora de la Agencia para la Prevención y Asistencia del Abuso de Sustancias y de las Adicciones, Mabel Dell Orfano y Walter Pereyra, también psiquiatra. La mayoría de las mujeres que asistieron a la residencia en este año llegaron desde el Alto Valle. Es importante -acotó Lucrecia- que exista la distancia para alimentar la efectividad del tratamiento."Lo que aprendes acá no te lo da una carrera", sintetizó la directora de la residencia. Aprendes a trabajar en equipo. "Y a confiar en el trabajo y criterio de tus compañeras", complementó Camila. El grupo humano que lograron formar les despierta orgullo porque el proceso fue muy exigente. "Es la esencia del lugar, porque esto funciona como una familia".El gran equipoDirectora: Lucrecia PassoniTrabajadora social: Camila Martin GonzálezPsicóloga: Agustina LópezSupervisora de operadoras: Veronica AcostaOperadoras: Florencia Banera, Paula Chambi, Marcela Torres, Mabel Revilla, Claudia González, Brenda Lavalle, Micaela Rivas, Valeria Rosales