08/07/2022

Historias de La Julia: Diálogos con Emilio Andrich

Historias de La Julia: Diálogos con Emilio Andrich
Captura de pantalla 2022-07-08 a la(s) 15.49.29
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Por: Ricardo E. Garbers
He presenciado los diálogos ágiles y hasta divertidos, de Pilo con Emilio Andrich (ahijado de mi abuelo y profundo conocedor de La Julia y la región) recorriendo personajes, pueblos y apellidos en una seguidilla de anécdotas y cuentos cortos, que, si bien ya eran conocidos por ambos, les provocaba un interés y una gracia como si fuera la primera vez.No olvidaban, entre anécdotas y descripciones, de intercalar palabras en araucano como si fuera los más normal, matizando los relatos y haciéndolos más interesantes.Me contaba Pilo que Emilio Andrich solía jugar al truco con los peones y allí cuando se cantaba el embido había que hacerlo en la “lengua” y así lo hacía también Emilio.“Kula marí kiñé”, “kula marí epu”, “kula marí kula” eran el treinta y uno, treinta y dos y treinta y tres respectivamente, los que eran cantados entre risas de algunos y sorpresa de otros los jugadores.Nunca faltaban los amigables “marí mari, peñí” (hola, hermano/a) tanto en la llegada como en la despedida.Emilio era recibido y tratado con respeto, agradecimiento y hasta cierta admiración por todo el personal de la estancia La Julia, porque ellos sabían que había escrito sobre sus costumbres en sus poemas y hasta había incluido algunas frases en ”la lengua”. Y eso lo valoraban con respeto.Emilio escribió poemas y relatos sobre La Julia y el ambiente norpatagónico que tanto amó, en descripciones que pareciera que se viven y rimas armoniosas, por ejemplo, en uno de sus poemas de mayor belleza: “Décimas para un adiós”.Su obra más reconocida es “Ió, Fermín y Juan Valdez”, la que es un verdadero paseo entre paisajes y personajes que van describiendo a través de poemas y versos que describen con profunda nitidez las costumbres, situaciones y personalidades, demostrando simultáneamente su destreza literaria y hábil manejo del idioma.En uno de sus poemas titulado “Siesta”, en sus escasísimos versos logra describir de manera, que casi como si se estuviera presente en el lugar, una estampa de un chañar y un borrego a la hora de mayor calor en un médano. Creo que yo utilicé aquí más palabras que Emilio utilizó la describir esa escena y además dándole rima con habilidad de poeta. Digno de admirar, la habilidad del autor.Pero su obra no finaliza en Ió, Fermín y Juan Valdez sino que posteriormente escribe dos ensayos relativos a temas del Valle Medio titulados “Paradores y cementerios indígenas en el Valle Medio del Río Negro” y “El Valle Medio del Río Negro”, el primero de ellos analizando restos arqueológicos de la región y en el segundo se explaya sobre la región oriental del Valle Medio a la altura de La Julia con llamativo detalle y habilidad descriptiva.
No tuve oportunidad de tratar con Emilio con la frecuencia que hubiera querido y de eso uno se da cuenta cuando falta la otra persona. Tuve la suerte de acompañar a Pilo en varias oportunidades, a visitar a Emilio Andrich a su casa en Martinez y compartir unos agradables momentos con él y con su esposa Judith.Era una persona culta, amena e interesante, que conocía en profundidad la historia de los Garbers y La Julia, y sencillamente había una potente y sólida relación que nacía desde sus propios padres con mi bisabuelo Guillermo y mi bisabuela Julia y que lo unió durante todas sus vidas.Su diestro manejo del idioma, tanto en sus obras como en el trato diario, tenía profundidad y creaba interés, a la vez que nos iba introduciendo, como sin darnos cuenta, no solo en las costumbres y lenguaje cotidiano local sino también en la sencillez y sabiduría del hombre de campo de aquellos tiempos.Quiso entrañablemente a nuestra familia y eso se traduce en sus escritos. Simultáneamente recibió de nuestra familia afecto y cariño cada vez que había una reunión familiar o una sencilla e improvisada visita.Hoy a casi tres décadas de su fallecimiento tengo la alegría de estar en contacto con su hija Minnie (Vilma), que amablemente me ha facilitado información y fotografías del propio álbum familiar de “Emilito”, como le decíamos con cariño a su padre. Las fotos de aquellos tiempos son para mi de incalculable valor y con ellas complemento cada uno de mis escritos sobre La Julia.Y en el tiempo y la distancia nuestro eterno recuerdo y admiración.Por: Ricardo E. Garbers Agosto - 2020
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