Historias de La Julia: Madrugada
Un débil fulgor descubre
desde la alfombra del llano
el monótono altiplano
que de celajes se cubre.
La fresca brisa de octubre
sopla con rápido embate
contra su impulso un carancho
¡y en la cocina del rancho
la pava persigue al mate!
Sobre las mudas cuchillas
se anuncian tintes bermejos
y ensangrentados reflejos
trae el río a las orillas.
Debajo de una jarilla
entre la abierta raíz
asoma su hocico un cuis
y en cuanto el viento lo alcanza
se arrolla sobre la panza
y queda una bola gris.
.
Queda en el valle adormido
alguna sombra nocturna
evocando taciturna
del indígena vencido.
De vez en vez un balido
débil, pausado, tristón,
parece que al dar su son
entre las chuzas ingratas
se prendiera de las matas
como si fuera un vellón...
.
Al llamado de la aurora
han ensillado los peones,
llenitos los corazones
de un ansia retozadora.
¿Pero a que evocar ahora
si no se alcanza a expresar
tanta belleza sin par
que inútilmente detallo?
¡Si hay que estar sobre un caballo
y lanzarse a galopar!
https://youtu.be/Dmp3MoWyO8YEmilio Germán AndrichExtraído de "Ió, Fermín y Juan Valdez", 1934.