27/06/2021

Luisa Calcumil, el rostro de lo ancestral en el mundo artístico rionegrino y nacional

Luisa Calcumil, el rostro de lo ancestral en el mundo artístico rionegrino y nacional
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Por Pablo Otazú.Luisa es mi hermana de la vida, de aquellas personas con las que compartimos charlas del arte pero también de la vida. Es familia elegida, pero además es una fuente de consulta permanente. Sus enseñanzas son la de una mujer sabia, donde hay rastros de la vida intensa que ella tiene. Ha sido una compañera entrañable de la gran Aime Paine, es una referente de sus paisanos, es muy común ver Abuelas en su casa que bajan del campo de Neuquen, de Chubut o Río Negro. Es una gran generadora de encuentros, sus cumpleaños duran un semana y se encuentran artistas y paisanos de toda la  argentina. Para mí, Luisa es Patrimonio vivo de la cultura Rionegrina, sin embargo no me parece que la provincia haya reconocido como debe su tremenda trayectoria, que además transcurre en el campo nacional y popular. Luisa recorrió el mundo con sus saberes ancestrales, su cultura, y nos representó infinitas veces en lugares impensados como Dinamarca y Australia, como también en toda Latinoamérica y otros países Europeos, sin contar los innumerables premios que recibió como el María Guerrero como actriz y eso por nombrar alguno. Por eso y por mucho más comienzan a llegarle reconocimientos como el premio recibido recientemente por el Ministerio de Cultura de la Nación, que además cuenta con la nota que el Ministro se llegó hasta su casa a entregárselo, el I.N.T. también la homenajeo por su trayectoria, esto y sobre todo si le sumamos a eso su trabajo permanente por su cultura la convierten en un icono de nuestra cultura.Mientras Luisa se prepara, intenta mejorar su iluminación, busca una lámpara, yo charlo un poco con Lilen Quintin, actriz oriunda de nuestros pagos, trabaja con ella hace un tiempo. Me cuenta en qué proyectos está trabajando y se despide rápido porque tiene que irse a un ensayo. El laburo en el teatro es así, correr de un ensayo a otro. Luisa se sienta charlamos un rato para ponernos un poco al día de nuestras vidas, hace mucho no nos vemos. Iluminación solucionada, empezamos la entrevista.¿Qué es el arte para Luisa Calcumil?Un modo de estar en la vida, un modo de estar en la vida sí. Porque el arte se nutre de la vida y la vida también se nutre del arte. Siempre está la impecabilidad, la sinceridad, esa posibilidad de comunicarnos, de que alguien está prestando atención a lo que vos estás pensando, a lo que vos estás imaginando, sintiendo o que a veces fantaseas también ¿por qué no?, si es parte del ser, la fantasía. ¿Qué sería de la vida sin fantasía? Con honestidad también de poder decir hasta aquí alcanzo, hasta aquí lo logré, o reconocer que tantos otros me han apuntalado para llegar hasta aquí. Cuántos compañeros de camino, de aprendizaje, de juego, de riesgo.¿Te considerás una artista?Sí, sí, pero en el marco de la responsabilidad. Creo que fue apareciendo esa conciencia, esa responsabilidad, a medida que fui teniendo contacto con el público, con los compañeros, con los maestros. Ese contacto con el otro, ese respeto hacia el otro permite a la vez el sentir que a uno también lo tienen en cuenta. Sentir que, para el otro, uno también es algo. Es bonito, yo lo siento como una responsabilidad y a la vez como un aliento. Es un impulso como cuando uno era niño, como decir ¿Vamos a jugar? ¡Y…dale!! ¡Sí!! Les agradezco mucho a mis viejos, a mi mamá y mi papá, yo los veía jugar a ellos.¿Quién es Luisa Calcumil?Y…yo soy la Negra Calcumil, como me decían mis vecinos, o “La Luisa”. Eso de ser considerada como alguien igual, pero tal vez más traviesa o más pícara, mas corajuda, ¡Qué va a ser, es la Luisa, es la que se atrevió! (sonríe). A algunos les gustaré un poco, a otros no tanto…pero soy eso, una mujer trabajadora. Siempre pensé en una vida buena, en generar una vida buena, una jornada buena, un día bueno, un encuentro. Lo que toque hacer, que sea bueno. Me acuerdo cuando era niña, y fallecía alguien, los vecinos íbamos a acompañar, a estar y yo me ofrecía para cuidar chicos, para cebar mates, para estar ahí. Mis papás querían irse y yo siempre me quería quedar, porque era curiosa y me gustaba ayudar, pero sin molestar. Mis padres siempre me enseñaron eso que no había que molestar, que había que ser respetuosa.¿Seguís siendo la Negra Calcumil o la Luisita, para los vecinos del barrio San Martín?Sí, para los que van quedando sí. También yo me ocupo de eso, suelo salir a dar vueltas por el barrio, si hay un vecino, en cuanto me mira lo saludo, y en cuanto me hace una sonrisa ya me paré a hablar.Para mantener los vínculos…Sí, es que nuestro oficio nos ha dado esas herramientas, cómo no ponerlo en práctica en la vida cotidiana, en el mejor sentido. Indudablemente, los vecinos tienen una mirada distinta, bueno sí, dirán: “la artista es la Luisa”, pero no sé si saben lo importante que ha sido para mí, quedarme entre ellos, cerca de ellos. Hemos compartido muchas cosas. Se me viene a la mente una vez que, en aquellas épocas no muy buenas del país, los chicos del barrio solían jugar cerca de un desagüe, que no estaba limpio, que era muy peligroso. Entonces recuerdo de tener el impulso, y proponerles limpiarlo, sacar los yuyos, las ramas, y ese gesto les gustó, el trabajar juntos. Cuando terminamos, los chicos querían seguir haciendo cosas conmigo, les propuse que fueran a sus casas, que pensaran qué podíamos hacer para la siguiente vez que nos viéramos. Una de las ideas que tuvieron fue hacer una fiesta, estaban muy entusiasmados y así se fue creando un vínculo muy bonito. Aprendían a trabajar juntos, con sus compañeros.Eso que vos estás contando, tiene que ver con una constante en tu vida, que es el encuentro.Sí, pero ya te digo, eso viene de padre y madre, de la familia, de la vecindad. Ustedes también han tenido esa vivencia allá. El vecino era siempre alguien a quien se respetaba, con quien se compartía, era un modo de vivir en comunidad muy interesante. Ahora, en estos tiempos, no suelo tener los aparatos de comunicación prendidos todo el tiempo, yo salgo a la vereda, a saludar, decir buenos días, buenas tardes.El encuentro y la fiesta son dos cosas que van un poco de la mano. Mis recuerdos más felices están muy unidos a esos dos conceptos. Mi barrio Fátima, en Viedma, era muy parecido a tu barrio, mi familia muy parecida a la tuya. En mi casa se hacían bailes familiares y venían los vecinos, se tocaba la guitarra y otros instrumentos. Pienso que tus cumpleaños, son un gran encuentro porque duran mucho tiempo.(Luisa se ríe) Sí, sí. Pero volviendo un poco a lo que decíamos antes de las fiestas de nuestros padres. Con muy pocas cosas, como decía en la canción que escribí con el maestro Alberto Suarez (intenta recordar la letra y la recita): “Con pocas cosas arma una fiesta, con mucho esfuerzo gana el pan”. Era eso, simple. No se pensaba en qué mostrar, o qué ponerse, sino eso otro más sensible, más profundo. Era estar con el otro, y claro que importan los modos, pero no importan las apariencias.Contanos algo de tus cumpleaños…Lo que me acuerde jejeje… (nos reímos) Bueno, en realidad como en mi familia eran cuatro varones y una sola niña, se ve que se festejaba más mi cumpleaños, como una cuestión más de sensibilidad de mis padres, tías y tíos, ¿no?  Mis primos siempre me sacaban a bailar, se ve que al ser livianita la negrita, daba gusto bailar, era una cuestión de actitud lo mío jejeje.Yo he estado en cumpleaños tuyos donde ha venido mucha gente de distintos lugares, de norte a sur. Nos hemos reunido en el patio de tu casa a compartir saberes incluso. Porque ha habido, titiriteros, músicos, actores, antropólogos, que se yo… gente que traía sus saberes para compartirlos. Hemos pasado días enteros, cantando, bailando, era como un encuentro artístico casi. Te acordás que ya estábamos todos reunidos compartiendo, en eso sonaba el timbre, y ya salíamos todos a recibir al que recién llegaba, con la música, cantando, con guitarra, acordeón, lo que hubiera en ese momento. Me acuerdo que tenía una amiga coplera, que venía de lejos, de Jujuy, no sé si te acordás de Susana…entonces, había parado el taxi en casa, yo nunca sabía bien que venía, pero salíamos a recibir siempre. Ella se bajó del auto, con su poncho y su caja cantando su copla (hace el gesto de tocar la caja, como si estuviera reviviendo el momento) Eso fue hermoso.Sí, muy movilizante fue todo eso¡Qué bonito que lo hayamos vivido!, que lo hayamos compartido Pablo, como amigos, como compañeros, como artistas (recordar tanta vida compartida nos emociona)Ha sido hermoso Luisa. Después también para uno, como artista y para muchos, esos encuentros han sido muy valiosos. Encontrarnos sin competencia, sin mirarnos de reojo. Me viene a la mente, no sé si te acordás, cuando se estrenó “Alma de Maíz”, se generó acá en Beltrán, un Encuentro Nacional del movimiento para la Nueva Historia, perdón me corrijo para la Verdadera Historia.Claro sí, ahí surgió el movimiento para la verdadera historia me parece.Vinieron muchos sociólogos, antropólogos, historiadores, representantes de pueblos originarios. Te acordás… vinieron delegaciones de Chubut, de Neuquén. Fue un gran encuentro eso, porque no fue sólo la obra de arte, de teatro, sino también se generaron momentos de intercambio, de discusión, de la historia que aconteció fuera de la historia oficial.Así es…y lo logramos entre compañeros, entre artistas, entre amigos, con mucho rigor, mucho cuidado y alegría para que todo saliera bien, que cada cual pudiera compartir su trabajo, su pensamiento. Todo sin subsidios ¿no?, a corazón y pulmón, ¡¡y salía eh!!.A puro corazón. Está bueno que después con el surgimiento del Instituto, esas cosas se hayan facilitado. Pero también nosotros tenemos esa experiencia como un eslabón de trabajo muy bonito. No nos cansaremos de contarlo, sobre todo en estos momentos tan inciertos, donde está todo tan bravo, tan inesperado. Entonces todo eso que hemos vivido, nos sirve de fuerza y motor, para estar a tiro si hay alguien que lo necesita. Esta época, va a necesitar lo mejor de las personas.¿Por qué elegiste el camino del arte? ¿Por qué elegiste hacer teatro, música? sos narradora también y … ¡¡Sos multifacética!!Y muy atrevida, corajuda, jeje (nos reímos) Este… mmm… es eso, esa cosa que de niña lo he sentido así, estar con el otro. Ni la soledad, ni la mezquindad, ni el egoísmo, ni el miedo, fueron parte de mí. Esas cosas no las he tenido. Entonces justamente eso es lo que ha permitido… con los vecinos, con los padres que he tenido, con la gente que me fui encontrando, siempre entrábamos en sintonía de la mejor. Aún hoy, que no salgo a ningún lado, mirá lo que está pasando en este momento. ¿Cómo se agradece todo eso? Hemos tenido muchas oportunidades y las hemos sabido aprovechar, pero somos agradecidos porque no ha sido sólo el azar.Claro que sí, el trabajo más que el azar.La honestidad, el cariño. ¡¿Quién iba a decir que yo iba a filmar películas?!, no hubiera pasado nunca por mí cabeza. Cuántas veces lo hemos conversado con vos, decir: ¡Che, que lindo sería si hiciéramos tal cosa!, pero es que no entendíamos que ya estábamos haciendo cosas lindas, teníamos eso, el entusiasmo. ¡Cuánta gente nos ayudó a ser lo que somos!, cuánta gente sin ser artistas, sin tener interés, sólo el poner el hombro a algo que sentía que era sensible, que valía la pena.Por eso el teatro es colectivoSí claro, sí totalmente.Porque alrededor nuestro anda mucha gente, no es sólo una cuestión artística. Nosotros le debemos mucho a la comunidad donde vivimos. La comunidad no va sólo a ver nuestras obras, también colabora con lo que necesitamos. Soy muy agradecido con Beltrán. Haber podido desarrollar una actividad en un pueblo tan chico con el acompañamiento permanente de la gente. Porque, además, mucho del teatro rionegrino, su proyección, nació ahí, de esos encuentros que ustedes hacían, en ese Galpón que se atrevieron a abrir y todo eso…maravilloso.Luisa ¿querés contarle a la gente cuál es tu relación con el Valle Medio?Con el Valle Medio, bueno…la primera que surge es que tengo parientes, tengo familia, el tío más querido de parte de mi madre vivió ahí en Choele Choel, muy buenas personas junto con mi tía. Entonces yo iba seguido a visitarlos. Íbamos a cosechar fruta a las chacras y por supuesto al festival de folklore, a mis tíos les encantaba y me llevaban. Tengo el corazón lleno de agradecimiento hacia todos esos gestos humanos, de mi familia, de mis amigos, soy el resultado de todo eso.¿Cómo se llaman tus tíos?Nelson Orellana y Raquel Fritz. Mi tío ya partió, pero mi tía Raquel está todavía por ahí.Y luego te conectaste con otra gente acá también en el Valle Medio…Claro sí. Gente que, por supuesto apoyaba el teatro, por ejemplo, los Gonzáles Codony. Ignacio me solía pasar a buscar, en aquellas épocas donde repartía encomiendas… sí… y siempre fueron tan amables todos, de una frescura y un cariño formidable. Por eso creo que eso a uno lo estimula, te invita a ser buena gente, no importa quien te va a devolver, esa acción ya está puesta en el universo.Me acuerdo cuando estábamos montando, me parece que “La Mistura” …Claro, la historia del tigre y el zorro… vos te venías a dedo para ensayar -esto lo cuento porque está bueno que la gente sepa, los sacrificios que uno hace para llegar a buen destino ¿no? -, vos te venías a dedo con nuestra querida… (con Gabriela acota Luisa), claro con la Colo Ottogalli, desde Fiske Menuco. Ahí conocimos a Ignacio, que era el que las traía en su camioneta.Sí, una hermosa familia.Tuvimos mucha relación con vos desde el Grupo Libres, podríamos decir que somos como parientes cercanos ya…Sí, Hugo Cognini, Eduardo Montangero, Hugo Aristimuño, Nidia Palomo, Vos... bueno no me quiero olvidar de nadie, pero sí, mucha gente. Todos ustedes ahí poniendo el hombro, la alegría, la picardía. Porque realmente trabajábamos un montón, pero también nos divertíamos mucho.Luisa ¿Qué es el reconocimiento?Es una emoción y es una fuerza. Creo que… no sé…talvez sea la forma que tenemos los seres humanos para darle sentido a las cosas que nos van tocando vivir. Sigo agradecida, porque esto de estar ahora con tres jóvenes actrices, que ellas hayan venido, me hayan convocado para trabajar, para entrenar, para hacer una obra, eso es un reconocimiento, eso es un premio inesperado. No lo hubiera pensado nunca, y no por falsa modestia eh, sino porque uno ya ha hecho muchas cosas y está conforme con lo que es, con lo que está haciendo. Porque nunca me quedé quieta.Lo segundo que te iba a preguntar era eso, si vos te sentías reconocida.Y sí, sí. Sin tener que haber sacrificado nada. Cómo no voy a estar agradecida de haber podido trabajar de lo que me gusta, haber trascendido sin tener que abandonar mi lugar, mi familia, el nido como se dice ¿no?. Nunca proyecté el irme de acá a otro lugar para probar, no, eso no pasó por mi cabeza nunca y no porque no tuviera aspiraciones. Todo lo que aspiraba hacer, lo podía hacer acá, había respuesta y la sigue habiendo. No es mágico, lo puede hacer cualquier otra persona como yo, que confía en el otro, que comparte con el otroLuisa, en este país tan centralista y tan eurocéntrico, porque desde Buenos Aires se mira mucho a europa, ¿Es más difícil trabajar desde las provincias?No, creo que no y nosotros somos una prueba de eso.Volviendo a esto que decía antes, que sos multifacética, con todo el peso que eso tiene, digo, no cualquiera puede serlo. Además de ser actriz, cantante, vos tenés todo un trabajo con tu cultura, que es muy silencioso y que quizás muchos no conocen. Por qué no nos contás un poco sobre eso.Bueno recién justo estaba mirando, cuando hablabas de Buenos Aires, me acordé de ella (Luisa me muestra una foto de Aimé Paine, cantante argentina de origen mapuche para quien no la conozca). Me acordé de ella porque me vino a la memoria una de las jornadas en las que viví un gran desvelo, que fue cuando filmé “Gerónima”. Cuando me tocaba hacer alguna escena me preocupaba muchísimo, no me acuerdo que escena era, pero me acuerdo que una vez estuve caminando casi toda la noche por Buenos Aires, no podía dormir de la inquietud que tenía. Creo que es la primera vez que cuento esto…Pero ¿por qué era, por la responsabilidad que sentías?Siempre me ha preocupado eso, que en el cine todo queda y uno tampoco lo puede modificar, porque hay un equipo, hay un guión. Entonces… bueno… es fuerte. Después de Gerónima, pude hacer otras películas, pero ya sin esa carga tan grande que sentí al filmar Gerónima.Después filmaste otra peli que tenía relación con tu cultura también, que fue “La Nave de los Locos”Pero ahí ya estaba más acompañada por mis paisanos. Eso fue lindo sí. Tenía incluso una cabaña para mí, pero me acuerdo que venían a dormir conmigo mis ñañas o yo me iba a dormir por ahí a alguna Ruca con ellas. Porque aprovechábamos para estar juntas. Ahí sentía sí, una responsabilidad profesional, pero también la tranquilidad de poder estar con mi gente. Inolvidable.Contame un poco del trabajo que hiciste con Aimé.¡Ay con Aimé! (suspira) no sé si hice un trabajo, fue tan intenso todo… (aprendizaje en todo caso, agrego). Claro sí aprendizaje y… mmm (busca las palabras) Mirá, todavía me cuesta mucho ponerle las palabras adecuadas porque de verdad esa mujer era sorprendente, sorprendente de un modo tan inesperado siempre. Me acuerdo un día que me acarició la cara así (Luisa se acaricia la cara) y me decía: “Luisita, Luisita ¿cuándo vas a tener un hijo para mí?”.¿Ella estaba casada?No, no. Yo nunca le pregunté, no tocábamos esos temas, no hacía falta. Nosotros la disfrutábamos cuando estaba con nosotros, cuando llamaba por teléfono.Contame de esos viajes que vos hacés en determinadas épocas del año al campo, a visitar a tus paisanos ¿Qué hacés ahí? (para quien guste los invito a ver el documental de Federico Laffite que retrata uno de esos viajes, “Notas Sueltas de un Viaje al Sol” https://youtu.be/ujI58Xt_Ogo)Cuando me invitan, voy al Camaruco, al Nguillatún (para quienes no sepan es una antigua ceremonia del pueblo mapuche) Depende la comunidad, por lo general las ancianas eran las que me mandaban a buscar o los hombres mayores. Para mí eso es una responsabilidad y un compromiso noble. Por eso me siento tan responsable, por eso hay cosas que no tengo en mi casa, ni las tendré nunca. Porque esto que está pasando también de eso hemos hablado con nuestros mayores.-Con Neuquén y Chubut tenés mucho contacto ¿no?Sí, pero mirá justo ayer me llamaron de la Comunidad Namuncurá, nada más ni nada menos. Pero bueno, porque sigue siendo una comunidad prestigiosa, noble. Pero ya no quedan ancianos y ya son ancianos, los hijos de las ancianas que yo conocí. Fue muy fuerte que me llamara justo en estos días, ella no me habló ni del año nuevo ni de nada, hablamos de nuestros sentimientos, lo compañera que fuimos con su mamá. Para nada apareció, lo del año nuevo. Que ahora todo el mundo está con eso, el año nuevo mapuche, en las redes, en todos lados lo ponen como… cómo te puedo decir, como en otra dimensión. Nosotros lo conservamos, no como algo ocultista o religioso, sino como algo natural auténtico. Quiero decir, no es que lo veamos a eso, que lo publiquen por todos lados, como un pecado o algo horroroso, simplemente que es algo que nosotros lo guardamos para nosotros, como una manera de guardar lo más querido, lo más apreciado. Recuerdo cuando Doña Teresa -la mamá de la persona que ayer me llamó-  una vez que estaba en Miramar trabajando, no en época de temporada. Bueno, me avisaron que Doña Teresa estaba muy grave, yo estaba sola en un lugar, tipo un chalet, estaba en el último piso, abrí la ventana y Namuncurá- te cuento una parte muy necesaria- Todo el mundo dice Namuncurá el linaje de la piedra, sí, pero no es cualquier piedra. Entonces yo me había olvidado, que eso era algo muy sagrado, que cuando algo le va a pasar a la comunidad, se manifiesta. Bien, entonces yo recibí esa noticia de Doña Teresa, a la noche, abrí la ventana y me puse a mirar el cielo, sola estaba en la habitación. De repente cayó una estrella. Como a la media hora me llaman y me avisan que había fallecido (hace una pausa, quedamos en silencio unos segundos) Eso fue el linaje. Ayer, ya te digo, me llamó, justo me llamó la hija. Pero casi ni habló del año nuevo ¿no?, pero es eso, en estos días siempre pasan cosas.¿Cuál es tu linaje Luisa?El oro, el milla. Seguramente debe haber sido Calfumil, oro azul, no Calcumil. Pero para mí que quienes cambiaron el apellido fueron quienes lo escribieron. Siempre me fortalezco con el linaje, es el milla, el oro. No por el brillo en sí, sino por todo lo que he conocido, por mi abuela machi, que tuve la posibilidad de conocerla, de estar con ella y de poder llegar a despedirla.La cultura mapuche, como otras culturas de pueblos originarios, son culturas orales. Al escribirlas aparecen distintas deformaciones de la cultura, del habla, de la lengua ¿Vos qué pensás?Sí, creo que, no sé si deformaciones, sino más bien interpretaciones. Entonces depende quien lo lea, quien tenga más elementos, como toda cultura. Bueno como nosotros los actores que siempre tenemos que esforzarnos en pensar el lugar, la época, el clima, al interpretar, bueno tantas cosas.Luisa, viste que, desde hace un tiempo a esta parte, viene sucediendo una especie de apropiación por parte del huinca, de la cultura blanca y europea, de cosas que tienen que ver con la cultura de diversos pueblos originarios. Entonces de repente hay mucha gente que habla de la Pachamama, que hace los rituales de la Pachamama en agosto, o muchos como decías vos, enunciamos y hasta debe haber gente que ha hecho rituales por el año nuevo mapuche. Eso es una especie de sincretismo al revés, de pronto el blanco descubre algunas cosas de las culturas ancestrales y se las apropia. Muchas veces como una moda y en algunos casos habrá gente más sincera que lo hace desde el respeto. ¿Qué opinás vos?Creo que tiene que ver con la transformación de la humanidad, la proliferación de la tecnología ha generado... Mirá, en la cultura nuestra, si nosotros cometemos un error, nos equivocamos, el universo se perturba, nos pensamos como seres humanos…más que con egolatría, con responsabilidad. En función de lo que vos decís, me viene entonces este pensamiento ¿no?, que muchas veces gana el ego y no la responsabilidad.Vos y yo estamos acá por nuestros padres, por nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, por toda esa gente que hizo cosas para que nosotros estemos hoy acá. Entonces es ver qué lado de la vida, de la historia, se nos vuelve propia, se nos vuelve a nuestro favor, qué es esto que yo sé que por ahí le puede servir a otro.Vos sabés que yo pienso que tu arte -hablo de tu arte en general la música, el teatro, la narrativa etc-, tiene que ver mucho con tu cultura. No sé si vos, sos consciente de eso, pero si veo una obra de teatro puedo ver quien sos. Escucho una canción tuya y tienen que ver con tus sentires con tu vivir. ¿Eso es así como uno lo ve o qué sentís vos?Si lo soy, soy conciente. Pienso que si hay algo que reconozco es que he tenido el coraje de hacer lo que otros quizás han tenido ganas de hacer y no han podido, Agradezco siempre a mi familia, a mi compañero, a mis hijos que nunca fueron un problema, un escollo, al contrario. Pero eso es importante, porque si hubiera tenido algún problema en ese orden, seguramente no hubiera hecho ni el diez por ciento de lo que hice. Eso es muy importante, bueno vos lo sabés también.De todas tus obras ¿Tenés alguna predilecta?¡Uy qué difícil! La verdad que son como los hijos las obras ¿no es cierto?. Ahora que me hacés esa pregunta pienso en que, ya no puedo actuar, pero que me gustaría dirigirla sí, que a alguien le interese alguna de las obras. No sé, por pensar una más amable, que se yo… si a alguien se le ocurriera hacer el Ruperto a mí, me encantaría (se refiere a la obra “La Tropilla del Ruperto”) Creo que el personaje y la obra se volverían maravillosos, ponerlo a disposición digamos. Desde afuera siento que todavía podría poner más cosas, más de lo que ya he visto de la gente, de lo sensible, de lo lúdico, que se encuentra adentro, en el instrumento propio que traemos como personas.El Ruperto es un fiel representante del humor paisano, del humor de campo. Es un humor sencillo y sin vueltas, no tiene otra cara, no tiene doble sentido.Además, esta conversación que me has propuesto vos, me abre la cabeza, me doy cuenta que el Ruperto, es bien amplio el domador, no tiene género, divierte a todos. Si hay algo que siento que puedo rescatar como un acierto de mi parte, es eso, el poder tener en cuenta el humor de nuestra gente. Siento que soy una, que está mirando siempre eso. Me imagino a mi vecina, mi vecino, mis paisanos. Nosotros trabajamos de esa manera, es a la vez un límite y una inspiración.Luisa, yo te conocí haciendo teatro hace muchos años, cuando hacían “La Aldea de Refasí”, ¿Te acordás?¡Ah mirá! Sí, con Cristina BlancoDe Juan Raúl Rithner eraSí y la dirigió Cristina Blanco. ¡Oh sí!, Entrañable Juan Raúl.Pero entonces pensaba ¿Cuándo descubriste vos la música? ¿Cómo surge esa necesidad de comunicarte como artista a través de la música?Primero puedo decir que sentí el placer de cantar y eso se los debo a las maestras de la escuela primaria. Pero creo que la música y el baile, todo eso, viene de mi casa también. Porque ya te digo, nosotros éramos muy humildes, pero siempre había motivos para celebrar. Preparar la fiesta ya era un entusiasmo, desde ahí se arrancaba con la alegría. Ahora para hacer una fiesta hay que arrancar con la tarjeta viste (nos reímos). No sé si contesté tu pregunta…Sí, pero a lo que iba, es que no sólo practicaste la música en el patio de tu casa, sino que también hiciste música arriba de los escenarios. Bueno, pero eso es también por los maestros que he tenido. Vos sabés, nosotros en el teatro independiente, siempre tuvimos el interés, como forma de mejorar nuestro instrumento, para estar más preparados arriba del escenario, de estudiar, para mejorar la voz, el manejo del cuerpo, en fin. Entonces fui a Casa de la Cultura, fui al Insa, que ahora es el Iupa y ahí conocí a Alberto Suárez. Él era nuestro profesor de música y canto, yo tomaba las clases como una alumna más. No sé cómo fue, pero un día el me preguntó, por qué no escribía canciones y yo le respondí que porque no sabía. Entonces me propuso enseñarme, y así fui aprendiendo, y así compusimos tantos temas bonitos juntos. Así fue la cosa, después siguió la vida él se fue de acá para otros lados y yo seguí. Como dice el Ruperto: “Me está gustando, me está gustando” (lo dice poniendo la voz del personaje del Ruperto) Bueno en tus letras aparece también tu vida en el barrio, tus vecinos, las chacras y la vida que está más cercana.Y con una mirada propia, que eso para mí, es parte del talento de Alberto Suarez. Digo no me colonizó, solo me dio las herramientas para permitirme ser.  Después trabajamos juntos incluso, pero sí es un gran maestro y un gran músico.Coincido totalmente es un gran maestro. Fue un gran maestro para mí, yo aprendí a componer con él también, así que…Claro, y ¡Qué bonito que podamos decirlo Pablo! ¿no?¿Cuántas películas filmaste Luisa? ¿Te acordás?No sé… seis me parece. A ver… Géronima, La Nave de los Locos, Hijos del Río, Sin Querer y Amor a América.¿Y esas pelis se podrán ver en algún lado en internet?La verdad no sé¿Cómo te llevaste con el cine?Bien, es otro lenguaje, pero he tenido suerte también. He tenido directores entrañables que me han dado mucha libertad. Siempre agradecida a Raúl Tosso y a Paola que fueron quienes vinieron a buscarme para hacer Gerónima, por supuesto por sugerencia de Nuri Quintero, que estaba con Jorge Pellegrini, que fue quien escribió el libro.Tu condición de mapuche, ¿te ha traído algún dolor de cabeza en la sociedad?No, porque yo he sido siempre respetuosa del pensamiento de los otros. Bueno, si no se entiende… claro si la verdadera historia recién en los últimos tiempos se ha contado. Después la discriminación y la injusticia es algo inherente a la naturaleza humana, yo no la naturalizo, pero tampoco me siento una persona tan importanteVos no sentiste ninguna vez algún tipo de discriminación hacia tu personaSí, pero no las recuerdo. No las tengo tan en cuenta. Me acuerdo por supuesto de las pérdidas, del dolor, pero no de esas situaciones de humillación. Si, alguna vez que trabajaba en un estudio contable, había gente que se reía de mi condición, yo sólo ganaba mi sueldo y estaba bien, no estaba haciendo nada malo.Si tuvieras que elegir ¿Con qué te llevás mejor con el teatro o con el cine? O con la música…Mmm, ¡¡son tan diferentes!!. Me da como una cosa de tristeza, porque ya no sé si voy a filmar una película, no está esa idea o ilusión, o si voy a salir al escenario, pero lo tengo que decir porque es así. No lo sé y no me inquieta, es lo que siento. Pero está bien, hice mucho y ahora estoy haciendo algo convocado por tres compañeras jóvenes. Entonces ha sido muy generosa la vida conmigo, con mi sensibilidad, mi deseo de ser artista y concretar obras de arte de cuño popular e indígena. Tengo más agradecimiento que dolor.Nos estábamos olvidando de otra faceta tuya, y es que vos también sos dramaturga, y según me he enterado parece que te van a editar tus obras escritas. El Instituto Nacional del Teatro va a editar tus obras ¿Se siente bien eso?Ah sí, si cierto, ahora me hiciste acordar si. Está buenísimo, porque si alguien encuentra ahí herramientas para jugar, tiene toda la libertad.Quizás sería lindo, en esta nueva etapa que estás transcurriendo, poder ver una obra tuya hecha por otros¡¡Uy eso sería maravilloso!! Mirá lo que me decís Pablo, sí maravilloso (no deja de sonreír, hace una pausa larga y se emociona, intenta seguir hablando) Pero yo no me he atrevido ni a imaginarlo, de verdad (nos emocionamos ambos, dejamos escapar las lágrimas) Nada de lo que me ha pasado, lo bueno, nunca lo imaginé.¡¡Y te han pasado cosas buenas eh!!. Con mucho esfuerzo y trabajo también, eso hay que decirlo. No hay magia en esto, hay mucho laburo. ¿Vos pensás que los premios son un reconocimiento?Sí, sí, creo que si de algún modo. Han sido un reconocimiento, pero también es lindo ver la alegría que causa eso en la gente. Es como un doble reconocimiento. En definitiva, para qué salimos al escenario, para emocionar, para hacer reír, para hacer pensar, porque es grande la recompensa que nos da el público, impagable.Vos, recibiste premios muy importantes, que incluso para nosotros ha sido importante que vos los recibas. Por ejemplo el premio María Guerrero, no se lo dan a cualquiera. Pará que te lo muestro, lo tengo por acá me parece (se para a buscar el premio me lo muestra) Ah no pará, este es el del Cervantes, bueno, pero debe estar por ahí, parate que…Bueno ves, ahí me mostraste otro premio importante. Y hace poco te dieron el reconocimiento del Ministerio de Cultura de la Nación, y tuviste el honor, -o no sé cómo lo calificarás vos-, de tener al ministro de cultura Tristán Bauer en tu casa, que viniera a entregartelo. Eso fue muy conmovedor. ¿Sabés qué fue conmovedor también?, ver que los compañeros y amigos estaban acá afuera, se enteraron y vinieron a acompañar. Eso tiene que ver con el camino hecho, con el teatro independiente. ¡Qué cosa! Como se van encadenando los sentires, las emociones, no sé si importa si hay prensa o no hay prensa (suena un teléfono, Luisa se para a buscarlo, no lo encuentra va de un lado a otro, sigue sonando, yo la espero)No sé dónde, pero en algún lugar está el teléfono jejeje (nos reímos) Aquí estoyBueno Luisita, creo que hemos hecho un lindo paneo de tu vida¡Pero mirá por dónde pasaste eh! Creo que esto también es un reconocimiento de tu parte y de tu familia. Sabés que pensaba recién, siempre he observado en Neuquén, el sentimiento de neuquinidad que tienen y nosotros con el teatro tenemos el sentimiento de Rionegrinos. Ese sentir yo lo encontré en el teatro fundamentalmente, y eso me da orgullo, me da fuerza. Vaya si estoy agradecida con los neuquinos, pero el teatro rionegrino ha tenido esa profundidad, ese vuelo y esa raíz. A lo mejor ahí está la veta nuestra o es nuestra vertiente ¿no?. Es nuestra vertiente y nuestro cielo también.Ahora te voy a hacer las últimas dos preguntas que les hago a todos siempre, es el esqueleto de la conversa. Vos estás acá hoy, lo tomamos como el punto de llegada, mirás hacia atrás y ves un camino recorrido inmenso. Y en la punta del camino, hay una niña parada, esa niña sos vos, ¿Qué le dirías a esa niña?Mmm… ¡Ay que difícil! (piensa un largo rato) ¡Acá vamos!, ¡Acá vamos! Sigamos lo que se pueda, sigamos.Y ella que te diría…Que fue divertido, de alguna manera siempre hubo alegría en mi vida. En la fábrica cuando trabajaba en la fábrica de envasado de tomates y de fruta, bueno era divertido. Siempre he caído parada en los lugares, he tenido esa suerte. Agradezco eso, nunca fui de codearme para llegar primero. En la fábrica me tocó ser maquinista, tenía dieciséis años, me enseñaron a usar la máquina etiquetadora, así que yo la pasaba fantásticamente. Les cantaba a las compañeras, hacía chistes, me pedían que les escribiera las cartas a los novios. De ahí viene lo de dramaturga jeje.La de chicos que habrás enamorado con esas cartas jeje. Bueno Luisa, te agradezco mucho el tiempo.Recorrimos un tiempo largoY todavía falta… me alegro mucho de verte, de escucharte, y seguiremos campeándole al olvido como decías vos. La tarea para el hogar es hacer una zamba, que tenga ese título.Y por ahí la hacemos juntos por qué no. “Campeándole al Olvido” ¡Oy que Bonito!.  Ahí quedó encendido el fogón eh, vamos a arrimarle al fueguito dos o tres astillas más.¡Te quiero mucho, nos veremos pronto!Yo también te quiero mucho, y ¡Vamos todavía! ¡¡Salud!! Que tengamos salud. Abrazo grande sos un gran amigo y un compañero actor extraordinario, vos sabés que hemos jugado ahí en el escenario cosas bien bonitas y eso está en el corazón y en el cuerpo. Un abrazo a tu familia y que todo vaya bien.Apago la conexión del zoom y me quedo un rato en silencio, es que siempre los encuentros con Luisa me causan emoción. Agradezco a la vida y al arte que me diera la posibilidad de encontrarme con tantas personas valiosas que han hecho que mi vida sea un poco más profunda y de permanente aprendizaje.Luisa Calcumil ya lo determino, ella no volverá a los escenarios y yo hago fuerzas para que eso no suceda, que no nos quite la posibilidad de encontrarla allí en su lugar, que no nos quite los artistas necesarios.Gracias Luisa!!!Hasta la próxima!!Pablo Otazu27.06.21 TranscripciónAgustina Otazu

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