25/07/2021

Proyecto Maile del Monte, un espacio rural donde el Teatro se expresa en el cotidiano

Proyecto Maile del Monte, un espacio rural donde el Teatro se expresa en el cotidiano
Maile
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Por Pablo Otazú.-Hace algún tiempo conocí a Victor Acum, trajo sus adolescentes para un galponeando, su propuesta Artística tenía un sumo popular, el uso de máscaras, la temática, en fin había algo allí que indicaba quienes eran y de dónde venían estos chilenos preocupados por su cultura.Luego pasado un tiempo fui a visitarlo en su lugar, La Residencia Artistica Maile y allí me di cuenta que me encontraba con alguien que hablaba mí mismo lenguaje, donde lo colectivo era su idea fuerza, donde el teatro social formaba la fuerza en su practica diaria. Me preguntaba “a que loco se le ocurriría armar un teatro en la zona rural”. Creo que en esta nota hallaremos la respuesta.Después de solucionar un problema técnico que dejó sin registro el comienzo de la charla, intentamos retomar y empezamos. La pregunta es reiterativa, indagar sobre el arte, saber que es para cada artista que entrevisto. -¡Ahora sí Víctor! Bueno ahí está recording in progress (nos reímos). Bueno me estabas diciendo de Cami…-Víctor: sí, la Cami me hizo una vez una pregunta, ella estaba escribiendo su tesis y en esa tesis de grado, ella me hace la pregunta de cuáles eran mis referentes. Desde lo teórico y cómo yo me movía desde el teatro. Yo le he dicho, por los años, por sus ritmos, por sus formas, por los valores que hemos ido compartiendo. Cómo nosotros nos hemos ido encontrando con la vida, con ellos acá. Alejados de la cosa más formal, de la cosa más institucional o inclusive de la academia. Entonces cuando me refiero yo a qué es arte. Creo que es algo, que nos hace sentido a la vida. Creo que algo tan sencillo como cortar leña, puede ser una expresión de arte. De acuerdo a cuánta disponibilidad uno le pone a ese quehacer, cuánto entusiasmo, cuánta creatividad. Podar, por ejemplo, como lo hacen los japoneses con sus jardines, también es un arte. Entonces hay tantas formas de ver el arte. Tantas artes posibles, como uno se las pueda imaginar. Pero yo siempre me quedo con ese impulso, de que cada vez que uno está más adentro de una comunidad, es cuando uno más fuerte hace la presencia del arte local, del arte del acontecer de la vida, de cómo crear ¿no? Cómo me hace sentirme parte. Para mí eso, es arte y también cultura. Por eso es esa la sensación con la que me quedo, a propósito de la pregunta de Cami.-Gabi: Me pasa algo muy similar, que es, como que la respuesta con los años siempre va variando. Pero en este momento la visión de cómo veo el arte y lo que es, creo que es muy del cotidiano. Pero se hace presente cuando lo miras, con ojos de delicadeza. Cuando miras la agudeza de los detalles, creo que eso es el arte. Puede estar en cualquier forma, en cualquier parte, donde sea, no sólo en un escenario, puede estar caminando. ¿Cami?-Cami: yo también, coincido con les chiquilles y creo que el arte hoy para mí, y para lo que estamos haciendo deviene del cotidiano. Además de las características que ellos mencionan, yo sumaría también, lo ritual que aparece en el cotidiano. En el trabajo que realizan los vecinos en el cotidiano, y me quedo también con una acción que se hizo hace poco, que fue que, con Gabriela, preparamos cosas dulces, desde la panadería y se las llevamos a las vecinas, les hicimos un regalo. Hablábamos después con el Víctor y la Gabi y decíamos, esto es arte, esto es teatro. Porque hay una preparación previa, todo un proceso. Luego hay en mí, una presentación, hay una interacción, entre ellas que recepcionan y nosotras. Está presente el diálogo, elementos que también están muy presentes en el arte, tienen una belleza. Entonces desde ahí el arte, pasa a ser de lo cotidiano. Eso agregaría.Muy bien, y ¿ustedes, se consideran artistas?(se quedan pensando, Víctor le da la palabra a Gabi)-Gabi: creo que, en algún momento de mi vida me consideré artista pero no sé si por sólo ser bailarina, puedo bailar, me gusta es algo que me apasiona. Veo baile, veo danza. Pero también soy hija, soy hermana, en este momento soy mujer. Es una de las cosas que más me caracteriza en este momento. Soy estudiante de todo. Estoy en ese proceso de descubrimiento, de si ser artista es la globalidad del artista o si eso está presente en todas las sub áreas de mi vida, o si es solamente algo más aparte. Creo que es algo que me sigo cuestionando, que definitivamente sí está presente, en la forma en la que suelo trabajar las cosas. ¿Ustedes que opinan, qué quieren agregar? pueden interrumpir, aportar, esto es una conversa………….…-Víctor: en mí caso sería sí y no. El sí, porque me encuentro mucho desde la acción creativa, constantemente y porque soy un constructor de los detalles de belleza. Es una belleza que va de la mano con mi quehacer y con mi sentir. Es en eso quizás podría decirse una definición más clásica de un artista. El no, porque me niego a pertenecer a un grupo de privilegio –te estoy hablando desde Chile-, me niego a esa posibilidad. El artista en Chile ha sido un constructor de privilegios, instalado en una realidad que es ajena al cotidiano, lejos de atender a las temáticas urgentes, lejos de discutirle al mundo, discutir a las políticas y reclamarle al estado inclusive, un derecho a sensibilizarnos respecto a lo importante de la vida. En ese lugar me instalo muchas veces, cuando digo “no, yo no soy un artista”. No lo soy y me niego dependiendo la definición y de dónde venga la pregunta también, y con qué intención esté hecha (se ríe).Claro, en mí caso siempre digo que soy un trabajador de la cultura. Me gusta más el término ese. Son elecciones ¿no? Uno elige también, qué ser. -Cami: sí, me pasa. Me pasa similar, creo que nunca me he referido hacia mí como “¿qué haces tú en la vida? Soy artista”, no. Siempre al qué haces tú en la vida, digo yo hago teatro, bordo, tejo y como dice la Gabi, dependiendo del día soy más una cosa que otra. Emm, pero por lo general tiene una connotación de privilegio la gente que sólo vive del arte, pero desde un lugar de comodidad, de un privilegio que se ve, sobre todo en la capital. Desde ahí, claro, definitivamente digo, no pertenezco a eso, no sería artista entonces. -Víctor: me acuerdo de algo que pasaba mucho en Chile, en los años 90’, en el intento de recuperar la democracia, que se instala esta concepción de las artes como un privilegio. Fue mucho lo que estudiamos, había una apertura. Pero también es cierto que los que veníamos del mundo popular, trabajadores, obreros, queríamos diferenciarnos y nos definíamos casi negando ese oficio. También son esos miedos, que las transformaciones sociales van instalando como requerimientos para poder moverse en una sociedad que no te da el espacio para poder mostrarte en toda tu magnitud. Creo que pasa eso.Bueno, después el camino del arte tiene como construcciones diferentes, es decir, suele suceder que los que ustedes me están diciendo, es muy parecido a lo que pasa acá en Argentina. Nosotros tenemos clarísimo que el teatro comercial es una cosa y el teatro independiente es otra. Son construcciones diferentes y dentro del teatro independiente existen diferencias también. Pero el teatro comercial tiene un objetivo clarísimo, que es la utilidad, es ganar plata. En cambio, nosotros construimos más desde el oficio. Desconozco cómo es la realidad del teatro en Chile, pero supongo que no debe ser tan distinta a la nuestra.-Víctor: te vas a reír con lo que te voy a decir. Pero les llevamos ventaja, porque el neoliberalismo comenzó antes acá que allá (nos reímos). Entonces el teatro es tremendamente comercial aquí. El arte en general, tiene auspiciadores, los artistas son seres muy exclusivos, los que el modelo reconoce como artistas. Porque los demás desaparecen ¿no? Hay una cosa de invisibilidad tan fuerte. La suerte que tienen ustedes es que tienen un país enorme, con una tradición importante, que quizás venga de los italianos. Esa suerte no la tenemos, se ha ido perdiendo esa tradición en Chile, del teatro como un espacio la representación y de la interpretación de la realidad, como un resorte para imaginar un mundo de lo posible. Eso se fue perdiendo porque ya en los noventa hubo toda una etapa de la comercialización del arte. Entonces yo creo que ahí hay una sutil diferencia, que, en los últimos años, argentina va tomando algunas cosas de ese tipo, pero, aun así, conservan un tesoro. En Chile también lo tenemos, pero somos menos los que resistimos. Cuéntenle un poco a la gente cuál es la realidad de su grupo. Cómo se llaman, quiénes son, dónde están.(Víctor le cede la palabra a Cami y Gabi)-Gabi: Bueno, nosotros somos parte de la agrupación Tripulación. Trabajamos en la residencia artística Maile del Monte. Estamos en la Comuna de San Pablo, en la Décima Región de los Lagos, al sur de Chile. Muy al sur, con constante lluvias y frío en el invierno. Eso en términos teórico-prácticos de dónde estamos ubicados. Tenemos distintas aristas de trabajo, personalmente me gusta decir que no trabajamos únicamente el arte y las artes escénicas en general, sino también, cómo podemos hacer vida comunitaria, el autosustento, la educación, y cómo trabajar eso en conjunto. -Víctor: agregar también que, este sector es rural y la población está compuesta por una población mestiza, también del mundo mapuche. Somos aproximadamente cuarenta, quienes estamos habitando este espacio. Llevamos activos ya diez años, desde que partió la construcción de este lugar, serían catorce años. Muy activos y conscientes y por fin un grupo que está dando un trabajo constante. Eso es importante destacarlo, y variado el trabajo. Hay un trabajo de género, que las chiquillas están empujando, es un trabajo muy esforzado. Sí nos hemos tomado muy enserio, y responsablemente en serio, de la rebelión del 18 de Octubre del 2019. Ahí hay un gran impulso para nuestro trabajo.-Cami: en el grupo somos como siete personas, creo si no me equivoco, ese es como el grupo que siempre se está moviendo. También siempre amigos que se acercan, apoyan, están y sostienen también. A mí, si no fuera del teatro, y no conociera ese mundo -particularmente acá hay experiencias similares-, creo que me daría intriga saber cómo nace esta experiencia de la ruralidad.-Cami: ¡Uh eso lo responde Víctor! (se ríe)-Víctor: ahí hay una historia de la infancia la verdad, que me toca a mí y a todos los del grupo. Son historias bien parecidas, a pesar de la diferencia de edad. Pero te voy a contar, así, a grandes rasgos. Nosotros somos todos de origen rural, la mayoría y nos tuvimos que ir de nuestras tierras para poder estudiar. Pero siempre en algún rincón de nuestra memoria quedó la marca de querer volver y devolver una mano, sobre todo los que tuvimos la suerte de poder vivir una infancia de mucha felicidad con nuestro entorno. Nos hemos esforzado invisiblemente, silenciosamente, hemos construido una vida distinta a la de la capital, una vida distinta a la que nos decían nuestros profesores. La negación constante de nuestras vidas, nos empujó a irnos a las ciudades grandes, para seguir continuar nuestros estudios y dedicarnos a otras cosas. Afortunadamente dimos con el teatro, en particular yo, con las artes escénicas. Viví diez años en Santiago y de vuelta al sur, con la Mari, construímos un restaurante de comidas, espacio que arrendábamos y donde también hacíamos teatro. Hacíamos espectáculos de teatro, pero nunca era totalmente pleno el lugar. También nos pasó algo que era muy de mercado. Porque horriblemente fuimos absorbidos por la demanda del mercado, entonces, no teníamos tiempo para los proyectos de creación, no teníamos tiempo para la investigación. Fue así que, decidimos conscientemente buscar un lugar, en la periferia chilena, en el sector rural, lejos de un volcán, lejos de un río, lejos de un lago, lejos del turismo, para partir con un proyecto que nos involucrara en una comunidad y pudiésemos ayudar, al mismo tiempo que aprender de la comunidad. Ese fue el motor, una razón bien concreta. No sé si las chiquillas quieren agregar algo al respecto.-Gabi: yo creo que fue preciso, por mi parte no (sonríe)¿Cami?-Cami: no, yo tampoco agrego nada.Bueno, lo que a mí me entusiasma de todo esto, es la cuestión comunitaria. Vengo de una vida parecida a la de Víctor, no soy de la ruralidad, soy de una ciudad, pero vivía en un barrio periférico muy humilde en Viedma. Me he criado en escuelas hogares y residencias estudiantiles donde todo se comparte. Lo colectivo siempre está presente ahí. Después eso se traslada, te queda marcado a fuego no podría ser nada sin el otro. En el caso de este pueblo, estamos en una zona rural, pero no estamos en el medio de una chacra, como le decimos acá. Me intriga la relación de ustedes como trabajadores de la cultura y el medio, de gente campesina vinculadas a la tierra y que probablemente no hayan ido a un teatro nunca. Esa relación me intriga, quiero saber y quiero aprender de eso. (se ríen, se quedan pensando)-Víctor: está bien difícil la pregunta. Creo que es una búsqueda constante, son cosas que venimos hablando con mucha gente. Nosotros somos un grupo nuevo también Pablo, es bueno decirlo también, catorce años aún somos adolescentes. Tenemos mucho espíritu, fuimos gente muy querida en su niñez, con muchos dolores sí, pero querida. Entonces componemos un grupo amable, un grupo que sueña. Hasta el que está más lejos de la tarea cotidiana, está muy presente desde el afecto. Son puntales las amistades que estamos construyendo. Creo que lo comunitario tiene, -después podrán complementarlo las compañeras-, viene de un deseo profundo, de poder llegar a ser parte, de pertenecer a un lugar. Digamos que Chile ha estado expulsando del territorio, hablo de lo que he analizado, del diagnóstico que he podido hacer con los vecinos. Este sector de Maile del Monte, es expulsión, es el resultado de la expulsión de gente de otros lugares, que terminó en estos reductos. Entonces el ser parte, el vincularnos, el pertenecer y enseñar a pertenecer, a construir memoria, regalarles recuerdo a los niños de las escuelas. Que ,si en algún momento se tienen que ir, tengan un recuerdo, tengan un ancla para volver a re encantarse. Regalarle la posibilidad a la población rural, la creatividad en otro momento arrebatada por la producción y el deseo de hacer dinero. Entonces ahí es cuando me doy cuenta, que nosotros como grupo, estamos en un trabajo de recoger, levantar, acompañar, con todos esos conceptos en distintos momentos y distintas acciones. Con música, a veces con pan, en otros momentos con danza, con la juglaría que celebra la vida productiva. También acompañando a las organizaciones de base, en el conflicto de arreglar un camino, de poner el agua. Acompañar las carencias colectivas, el coronavirus, las pérdidas. Entonces hemos aprendido mucho el último año, de cómo movernos colectivamente, de compartir con les vecines, las alegrías y las penas. El desafío es ese, no nos hemos puesto metas, pero sí, tenemos que construir una mejor vida. ¿Ustedes se sienten parte de ese espacio territorial después de estos catorce años? Le llamo territorio a un espacio al que alguien le otorga sentido, sino sería un espacio vacío ¿no? Entonces, ese territorio, con su gente, sus historias personales, sus creencias, su cultura, ¿Los ha aceptado? ¿Se sienten parte, que están insertos en la comunidad?-Gabi: sí, creo que ese trabajo poco a poco lo hemos notado en nosotres y como lo colectivo de nosotres pasa a la comunidad del territorio. Pero también ha sido por el trabajo que se ha realizado, de mucha gente, que ha pasado también por aquí. Por los mismos puntos que mencionaban, Víctor y Camila anteriormente. Los regalos de la pastelería a las vecinas, ser partícipes de cosas como la crisis del agua, ser partícipes de las problemáticas de las juntas de vecinos. Acompañar a los vecinos enfermos, también en las alegrías. Entonces, todo ese proceso que, junto con el arte, han sido grandes consolidadores de que seamos parte de este espacio y de su gente. De cómo ahora nos saludan, nos reconocen, saben lo que hacemos. Claramente queda mucho camino por hacer, la amistad y las relaciones, se trabajan siempre y no es algo que hay que dar por sentado. Pero poco a poco, creo que sí, hemos sentido esa cercanía. ¡Qué interesante! El otro día en las charlas que hemos tenido los dos grupos, yo les decía que ustedes eran medio Grotowskianos, pero en realidad son mucho más que eso. Saben, que acá había un gran maestro de teatro en la provincia, que se llamaba Coco Martínez, que tenía una visión muy parecida a la de ustedes y vivía en la zona rural de Viedma, la capital de la provincia. Ellos vivían ahí, hacían teatro, pero con un trabajo más de investigación, eso era más Grotowskiano que lo de ustedes, lo de ustedes es comunitario. Son más parientes nuestros, sólo que nosotros operamos en una zona urbana y ustedes en una zona netamente rural. El trabajo que ustedes hacen es más social, porque las transformaciones que se van dando en el espacio territorio tienen que ver con las acciones que hacen ustedes con los vecinos y viceversa van desarrollando.-Víctor: además pasa Pablo que es una constante, que con el grupo en Maile, es que nosotros reconocemos que hemos sido colonizados últimamente justamente con una forma de trabajo y de ver la vida en términos creativos y productivos, en términos de imaginar la vida. Cuando nosotros hablamos del proyecto de nuestras compañeras mujeres, de la panadería y bueno, de un montón de proyectos. Hablamos de un proyecto que busca instalar la idea posible, de vincularse con los otros desde un acto solidario común, pero no como un acto de asistencia social. A veces, los vecinos se confunden con eso, creen que nosotros podemos hacer como el asistente social, trabajos del municipio, por ejemplo. Ahí es cuando debemos marcar ciertas diferencias, porque en realidad queremos movernos más como vecinos, como parte de la vida, ser productores también. Que los vecinos se habitúen, a que nuestra creación, no es sembrar papas solamente, sino también que esa papa puede ser usada, no sé para hacer un malabar (nos reímos) Entonces le damos un encanto distinto a las cosas. Ahí quiero agregar dos cosas, a esto que preguntabas si la comunidad nos ve, como parte, si nosotros lo sentimos. Uno tiene que entender, que es la comunidad, la que te abre o no las puertas, para compartir las temáticas profundas de una historia local. Nosotros llevamos diez años y los últimos cuatro años habitando. Pero hay temáticas aquí, de historias de más de ochenta años. Recién ahora uno puede ir a ciertos dilemas de colinda con los vecinos. Ellos poco a poco van abriendo. Pero eso lo hace un desafío, hoy día estamos recién construyendo relaciones. En eso hemos sido muy cuidadosos, en mantener ciertos límites, de cariño, de cuidado, para no ser invasivos. ¿Cómo es el radio de la comunidad donde ustedes viven? En hectáreas o metros la medida que ustedes usen.-Victor: desde la entrada a lo que se le llama Maile del Monte, son como unos tres kilómetros al final donde está el callejón, son casi dos kilómetros y medio/ tres kilómetros aproximadamente. ¿Es como una rinconada no?-Víctor: sí, y que… bueno, uno siempre hace extensión, ya cuando nos ponemos más en artistas, nos vamos a otros sectores de la comuna. Entonces uno crece ahí, en términos de la expansión, ya más de nuestras programaciones. Pero nuestra vida pasa aquí en estos dos kilómetros y medio.Hace un tiempo no sé si se acuerdan que hablábamos en el conversatorio y yo les decía que a mí me gusta pensar esto de hacer con el otro y no para el otro. Que es un poco también lo que ustedes decían, de no caer en esa idea del artista como un ser privilegiado. Tengo mis referentes propios como Augusto Boal y otros más acá en Argentina, que van en esa línea. Pero me pregunto ¿de qué manera ustedes construyen esa relación con el vecino? ¿cómo comparten este oficio que es el teatro o el arte con el vecino? ¿cómo logran que ese vecino reconozca en ese trabajo un oficio?-Víctor: discúlpame un segundo es que justo vino un vecino, recién a preguntar algo, así que las dejo a las chicas ahí… (Víctor se va)Decile que se sume a la charla (nos reímos)-Cami: vale, a ver creo que…bueno, más que hacer un teatro para el otro o con otro, se relaciona mucho con lo que decían Víctor y Gabi hace un rato, de cómo todes tenemos historia campesina en el fondo. Entonces cuando hacemos ejercicios de creación, desde el arte –teatro, música, danza, etc.-, el lenguaje que aparece, es un lenguaje campesino. Aparecen los personajes que habitan el campo, por ejemplo, nosotros trabajamos con máscaras, que son aves del territorio, animales del territorio. Aparece también poesía, que habla de la infancia campesina, de la vida campesina. Aparece este lenguaje que es cercano, porque es nuestra historia, pero también es la historia de los vecinos y desde ahí hay una conexión. Creo que en el trabajo que se ha ido haciendo a través de los años, se ha podido ir enfatizando que esto es un oficio, que esto es un trabajo. Sin ser tajantes, sin querer imponerlo, sino que es el mismo trabajo que se hace que habla. Hay algo que pasó este verano que a mi emocionó, y es que nos mandaron a buscar unas carretillas para hacer un pasacalle. En las carretillas llevábamos vestuario, comida, todo lo que íbamos a necesitar en el trayecto de los dos kilómetros. Nos mandaron a buscar las carretillas a lo del vecino, que ya sabía que le íbamos a ir a pedir las carretillas. Entonces le decimos: “hola vecino venimos a buscar las carretillas” y él nos dice: “Ah ya están trabajando y ¿en cuánto rato salen?” El usó esa palabra, están trabajando, y lo reconoce, como un oficio o trabajo, cosa que yo no les había escuchado a otros vecinos. No sé si hay una fórmula, como decía Víctor de esto de ir demostrando que esto es un trabajo, más que sólo haciéndolo. El camino es lo que finalmente termina llevando a que finalmente nos digan, tomen las carretillas y en un rato los acompaño, sabes. -Gabi: yo solamente quería agregar algo muy pequeño que claro, Cami, daba un ejemplo concreto de un hecho que estábamos trabajando, escénico, con máscaras, música y un montón de cosas más. Pero también se ha visto y hemos hechos otros trabajos en otros lados en los que también el arte está presente. Como, por ejemplo, hacer poemarios. Acá Mari escribe, escribe poemas muy bellos al igual que Camila, cómo también hemos podido escribir textos para funerales de vecinos que hemos perdido y poder hacerle un regalo a su familia, con un gesto de lectura, poesía, poder llevar un ramo de flores. Que a todo eso le ponemos trabajo, como, artístico por así decirlo. Hay sutilezas, hay belleza, hay luces, hay pensamiento, cómo pensamos al lugar y a las personas. Cómo nos hacemos presentes no sólo desde el espectáculo, sino también desde cómo hacemos vida. Creo que eso también ha sido uno de los factores que ha ayudado, a que este vecino, Don Luis, que queremos muchísimo haya dicho eso, ese día. Porque cada vez nos visualiza más desde lo que hacemos. Esto ocurría el año pasado a principio de año, y llevamos aquí más de catorce, entonces ahí se ve como la lentitud de todo el proceso, pero que así es y creo que es mucho mejor, que sea así de lento, a que sea así tan rápido y que venga como de la nada esporádico. Creo que el camino, ha sido como lo más bello que nos ha regalado el trabajo que hacemos. Claro sí, es que también lo que pasa es que hay que tener en cuenta los tiempos del medio. Los tiempos de la ruralidad son más lentos. Por eso a todo el que viene acá, le repito la teoría del arte situado, primero pedimos permiso al espacio -como hacen los pueblos originarios-, no lo invadimos, porque si no terminamos colonizando. ¿Ustedes dimensionan el trabajo que están haciendo?-Gabi: yo creo que a veces nos sorprende, pero sí somos conscientes de lo que estamos haciendo. Creo que eso le da mucho valor y sentido a lo que hacemos. Creo eh… pero voy a seguir pensándolo…perdón Cami, te inrerrumpí… (sonreímos)-Cami: sí, yo estoy de acuerdo con la Gabi. No es un trabajo al azar. Las acciones que se toman, no son azarosas, como decía el Víctor hace un rato. Igual el trabajo de relación con las vecinas y vecinos, es cuidadoso. Por ejemplo, nosotras ahora queremos trabajar más con las vecinas, por todo este trabajo de género que estamos haciendo con las mujeres del grupo. Ellas me han visto a lo largo de los años, incluso yo he tomado talleres con ellas en alguna oportunidad, algunas me reconocen, otras no se acuerdan y otras ni siquiera me han visto. Entonces, nos tomamos los tiempos. Primero acercarnos, conocernos, y luego ya vendrá la conversación, y luego ya vendrá otra cosa. Porque claro, hacer teatro con las vecinas, es un sueño, es algo que yo creo que se va a dar, pero a su tiempo. Sí creo que se dimensiona, cuando podemos encontrarnos con los vecinos y suceden estos hechos artísticos y uno ve las caritas, ve los ojitos de los niños y los viejitos, que ven y se reconocen en la belleza del lugar y las acciones. Creo que uno ahí va viendo, aunque por momentos uno pierde la magnitud, creo que sí se dimensiona.¡Me alegro mucho! Porque a veces uno no dimensiona. En mí caso soy una persona que hago, soy consciente de lo que hago, pero no lo dimensiono, termino dimensionándolo a los veinte años (nos reímos) Porque ves la estela que dejaste atrás y decís: ¡ah esto hice yo!-Gabi: creo que ahí al toque tenemos que agradecer, porque muchos del grupo somos bien jóvenes y estamos aprendiendo de esta idea de poder visualizar lo que hacemos, el sentido, el por qué. Entonces eso tenemos que agradecerlo enormemente a las personas más adultas que nos acompañan, que son Víctor, Mari, aprender de los vecinos y otras personas que han pasado por la agrupación. A nosotras las más jóvenes creo que nos llegamos a sorprender más que lo hacemos. Pero intentamos estar conscientes todo el tiempo, hacemos ese trabajo.¿Cómo se les ocurrió el tema de la panadería? ¿es una panadería social?-Gabi: la panadería comunitaria sí, creo que Víctor tiene la mejor respuesta sobre eso…¡¡¡Víctor Vení!!! (lo llamo gritando, nos reímos)-Cami: justo ahí llegó-Víctor: emm… la panadería surge por varias razones. Creo que todo lo que nos pasa acá, lo bonito es que vamos construyendo, porque nos afecta. Muchas de las cosas las hacemos o porque lo tenemos y lo valoramos, otras cosas porque nos faltan, otras porque nos afectan. Esa es una cualidad muy espontánea, pero que la hemos venido conversando con el grupo en la medida que va surgiendo. La panadería, es un proyecto que surge, al principio producto de haberme quedado desempleado, como persona individual y no desde el colectivo. De pasarme muchas noches mirando el techo y decir, bueno ahora qué no tengo un sueldo estable ¿qué hago? Lo primero que surge es sembrar, que es algo que ya venía haciendo, preparándome para eso. Pero luego pensé en algo, un lugar que tenga cierta belleza, que permita encontrarnos con los vecinos, los acerque a nuestro lugar de trabajo, que no tenga que pedir permiso para llegar. Así surge, conversando con la Mari, la Cami, la Gabi, los amigos en Santiago. Les planteaba eso, porque en Santiago luego del estallido social, se pararon muchos trabajos comunitarios, con ollas populares y panaderías comunitarias. Pero duró el impulso de los primeros meses y luego fueron desapareciendo. Entonces, todo eso, me permitió darme el impulso, las ganas, el ánimo, de pararme una panadería comunitaria. En el sentido que los vecinos que la usan, hagan aportes, no sólo económicos, sino que traigan sus bastillas también. Estamos creando con las chiquillas que también se han involucrado, las bolsitas con unos bordados, el cartel, el nombre mismo. El propósito es embellecer el lugar con un servicio, que sea tuyo. Que no sea un mero mercado de compra venta y utilidad. Pero básicamente así surge la panadería Pablo. ¿Y el funcionamiento cómo es? ¿Funciona en la residencia y los vecinos vienen a producir el pan junto con ustedes?-Víctor: todavía no llegamos a eso que los vecinos vengan a preparar pan, porque estamos tan mal acostumbrados que eso, es casi mal visto (se ríe). Acá es muy difícil romper con el estilo de relaciones de mercado, acá todo es compra y venta. Logramos que, aquellos vecinos que se inscribieron para ser parte de la panadería comunitaria, entregaran un paquete de astillas mensuales para ayudar a que el pan salga más barato. Ellos encargan su pan, de un día para el otro y uno les hace su pancito en las mañanas. Algunos los vienen a buscar, los más jóvenes o los que viven más cerca, y los más viejitos, nosotros se los vamos a dejar a sus casas. Ah, bueno, pero ahí, hay un hecho comunitario interesante. Es un modelo diferente, al modelo de mercado que la gente conoce, pero que existen, que hay otras alternativas que funcionan en comunidades pequeñas. Pero bueno… mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, en lugares pequeños, hacen cosas grandes, dicen por ahí… (sonríen)-Víctor: sí, es que la panadería está todavía germinando. Todavía no sabemos qué forma va a tomar, cómo va a evolucionar, porque todo el mundo de lo dulce, está por aparecer, por ejemplo. Hacer otros panes, ya estamos haciendo pizzas también, panes con chicharrón. Pero todo a pedido, y pequeña escala, pensando en que en un futuro pueda ser un ingreso para la residencia. ¿Y cuántas personas viven en la residencia?-Víctor: ahora solo los que la habitamos, Mari, yo, Gabi y Alén, y de vez en cuando los compañeres que vienen a hacer algún trabajo, pero en general somos nosotros más que nada por la pandemia. Pero si no antes, éramos muchos ¿cuánta gente hubo chiquillas, cuando hicimos el pasacalle?-Cami: ¡Mucha!!-Gabi: éramos más de veinte, diría yo-Cami: casi treinta-Gabi: estaban todas las piezas ocupadas. Había carpas afuera. Sí la pandemia nos mató a todos.-Víctor: o sea, nos hizo pensarnos de otra forma a lo que veníamos haciendo. Tiene su lado bueno y su lado malo.-Gabi: nuevas oportunidadesHablemos de teatro ahora. Cuando ustedes vinieron y nos conocimos, acá en el Galponeando, yo se lo dije a Víctor, no sé si se acordará. Porque yo soy muy de manifestarme en seguida cuando algo me moviliza. Ustedes trajeron una obra de máscaras. A mí me fascinó, porque todo lo que sea teatro popular  me encanta. Entonces ¿de qué se trata la propuesta artística de ustedes?-Víctor: yo voy a abrir el espacio, y lo dejo ahí. Porque ya nos están empezando a pasar un montón de cosas con respecto a eso, amigo. Yo puedo hablar de lo que nos pasó esa vez que nos encontramos, que para mí fue un regalo de la vida. Siempre le cuento a muchos, que yo en ese momento venía de un bajón de contradicciones en Chile, con el mi lugar de trabajo que era el Santa Cecilia, con las relaciones ahí, con las contradicciones de modelos, etcétera. Entonces encontrarme con gente, con un espíritu de apertura, con un trabajo comunitario como el de ustedes allá desplegado, con un montón de organizaciones en la Patagonia y en el La Pampa, de trabajos de este tipo. Me cambió la visión de lo que venía haciendo. Entonces el formato, el chip, me lo tuve que refrescar. Me emocioné muchas veces cuando estuve allá, cuando los conocí, en el trabajo integral ¿no? No sólo el estético sino el trabajo integral humano. Pasó que ahí, yo instalé en mi vida preguntas respecto a mi trabajo escénico. Con ese acierto ¿no?, bien consciente, y es lo que ustedes vieron, que es el trabajo con las máscaras. Que es un mundo para mí muy importante, porque permite que el actor, la actriz, entren en un viaje sin precedentes en el mundo popular.  Que le permite olvidarse, pero a la vez recordar esa contradicción. Que le permite dibujar desde la manualidad, pero también ser un escultor con su cuerpo y las emociones que va dibujando. Desde ahí ese trabajo, ahora en la residencia…porque ese es un trabajo que viaja conmigo desde mi formación también, cuando lo puedo compartir lo hago, desde mi ser creativo. Lo he traspasado con la Camila, la Gabi, la Mari, pero también se han ido formando desde todas las áreas para poder complementar el trabajo de la máscara, que es un trabajo bien holístico, si uno lo quiere definir. Pero eso ha ido variando amigo, y hoy día precisamente en el almuerzo con la Cami y la Gabi, ¡hablábamos de un podcast!, estamos pasando a la cosa… Porque acá hay un peligro, vivimos en la marginalidad del sistema y si no nos actualizamos en la comunicación, en cómo comunicamos, podemos quedar definitivamente en la marginalidad. Desde ese lugar tenemos mucho que decir. Entonces el trabajo comunitario, el trabajo especial de las máscaras, es un trabajo exquisito y lo hacemos con ritualidad que estamos parando en el verano y la fiesta productiva. Te hago una descripción general, de lo que en mí sentir creativo a mí me acontece amigo, pero está cambiando, está variando lo escénico, Camila ahora ahí… abro la palabra, también Gabi. Porque esto nos está moviendo ¿cómo nos paramos? ¿qué vamos a hacer?...Por eso preguntaba hoy, y las chicas me respondieron muy potentemente, además al ser jóvenes me impresiona más. Hoy les preguntaba esta cuestión del saber lo que estamos haciendo. Somos muy conscientes de lo que hacemos, me decían ellas. Ser conscientes no implica que perdamos la identidad, porque usemos un podcast o un streeming, es lo que nos toca vivir, Pero lo que nos da la posibilidad de ampliar la comunidad. Pero volviendo a la propuesta que ustedes tenían, les cuento lo que me pasó como espectador. Me pasó que, a mis alumnos de historia del teatro, siempre les digo que existe un teatro latinoamericano, mal que les pese a muchos, que nosotros los argentinos no lo practicamos porque nos creemos más europeos. Estamos mirando siempre para afuera. Pero los hermanos latinoamericanos, sí lo pratican. En la década de los setenta lo vi en grupos de venían de Perú, que me mostraron una unidad, que es la misma que encontré en el trabajo de ustedes. Esto es latinoamericano, es de un lugar de todos y de nadie, de un no lugar. A la vez, recupera un poco el lugar de la fiesta, que el lugar tiene en sus orígenes y las máscaras que el teatro tiene desde sus orígenes. Desde lo ritual, y eso me conmovió. -Víctor: bueno, es tan amplio lo que tú dices, que… gracias por tus palabras primero, porque también es un reconocimiento que pocas veces a uno le hacen ¿no?. Voy a decir algo que solemos hablar aquí en el grupo y es que, lo que uno es hoy, es gracias a la discusión que hemos tenido todos estos años. El compartir ideas, construir pensamientos es gracias al trabajo de grupo constante, de insistir hasta al que no quiere estar en la conversación, de traerlo a la conversación. Con respecto al teatro que decías, lo latinoamericano, nos pasa amigo que como grupo de trabajo lo que hacemos es tan de nosotros. Cuando estamos trabajando aquí, rara vez se nos ocurre ir a comprar una escenografía, rara vez vamos a buscar un vestuario que no esté, situado en su contexto, entonces todo lo que hacemos, por supuesto que tiene esa connotación tan limpia, honesta, sencilla. Porque no pasa ni por un vestuarista, si no que nace del mano a mano directo. El vecino para la última presentación de danza que hacía Joselyn, era la manta de Don Luis, o la manta de tal persona y el hombre cuando veía su manta danzar junto con la bailarina, veía su propia vida. Entonces nos pasa, desde el teatro y en este caso, de máscaras, es que recurrimos a lo más honesto que podemos en la construcción de los personajes, o el texto que diga. Eso sí es súper consciente, como grupo intentamos ser lo menos artificioso posible. No sé que piensan las chiquillas…-Cami: sí, y lo que decía antes cuando Víctor no estaba, es que es un lenguaje, que no sé si llamarlo campesino, rural, porque en definitiva es dialogar con el territorio que se habita. Estamos en el medio del campo, entonces cuando hay parafernalia o hay extravagancia, como el año pasado cuando fue el pasacalle, que había un coloso tirado por un tractor. Obviamente eso es gigante, pero dialoga con el territorio y con lo que se quiere contar. -Víctor: igual, ahora que tú lo preguntas, hemos sido bien exigentes porque recurrimos al análisis semiótico. Recordaran la gallina, mandamos a hacer una gallina, una réplica de una gallina arriba de un tronco. Pero no es cualquier gallina, entonces los vecinos cuando veían la gallina, veían la alegoría de todas las gallinas que habían tenido durante toda su vida. Entonces era un acto poético, y ahí sí, creo que, en ese sentido, es bien latinoamericano. Y porque aparece la cuestión de la alegoría que el mercado lo pierde un poco, el teatro comercial, que lo que hace es mostrar lo que la gente compra para que la cosa resulte. Me acuerdo que nosotros hicimos acá una obra, que se llamaba, El Conventillo de la Paloma, que era un sainete…¿hay sainetes allá? ¿los conocen?-Víctor: si hay, pero ya no hacen, precisamente porque el teatro comercial, tomó otros tópicos. Vienen de la comedia del arte sí, se hacía mucho el sainete. Muy interesante, sí pero se perdió.Bueno, la obra que más gente llevó al teatro en nuestra historia de treinta y seis años, fue esa. Porque gente se sentaba en la butaca, y se identificaba con lo que nosotros le estábamos mostrando, era su vida. Entonces era fantástico, iba gente al teatro, que nosotros no habíamos visto en su vida ir al teatro, vecinos que de otra manera no hubieran ido. Eso es lo más cercano a lo que ustedes hacen, de lo que hemos hecho. Va no, me corrijo, hemos hecho esas cosas en otros tiempos, pero bueno con esa obra a mí me habían dado ganas de recuperar ese teatro. Uno a veces pierde el rumbo, se deja llevar por las modas, en una época éramos todos Barbeanos, hacíamos teatro antropológico, como lo entendía cada uno encima, hacíamos cada cosa (se ríen). Después hacíamos todos teatro de vanguardia, después todo tecnológico, y así uno se va olvidando de sus raíces, se acuerda de pronto, que vive en un pueblo rural y tiene que volver a hacer tortas fritas ¿no? Sopaipilla le dicen ustedes. Quería hacer esta nota, porque me parecía sumamente importante reflejarnos en ustedes porque nosotros somos latinoamericanos, sólo que el argentino no quiere reconocerlo, se cree que es europeo, mira siempre para afuera y a uno le da pena. Les hago las dos últimas preguntas, que hago siempre. Ustedes están ahí, les tres, llegaron a un punto, ahí se paran y miran para atrás. Ven el camino recorrido, que para Víctor podrá ser más largo que el de ustedes, ustedes tendrán su ruta propia también. En aquella punta del camino, ven un niño o una niña cada uno de ustedes, que son ustedes mismos. ¿Qué le dirían a ese niño y a esas dos niñas?-Gabi: ¡Guauu! -Víctor: ¡Chuta!-Cami: ¡Uy!(se ríen, hacen exclamaciones, se quedan pensando, suspiran)-Víctor: yo no diría mucho Pablo, yo haría lo siguiente, aunque diría bastante creo, mirando ese niño que lo reconozco y cada cierto tiempo lo veo, yo creo que con toda la ternura, daría dos o tres pasos de vuelta de ese camino recorrido, y tomaría a ese niño de la mano y lo invitaría a seguir el viaje.¡Qué Bonito! Me hiciste emocionar Víctor.-Víctor: estoy emocionado amigo, ¡Gracias! Gracias por estas palabras y este cariño tuyo-Gabi: a mí me pasa algo muy parecido. A mí me gustaría darle un poco de calma a esa niña, así que lo más probable es que si la viera, le daría un abrazo bien fuerte. -Cami: yo crecí en el campo, ahora de más adulta estoy en la ciudad, entonces dijiste esa niña y me recordé a pata pelada, descalza, en el pasto. Entonces habría tanto que yo le quisiera decir, pero creo que sólo me sacaría los zapatos y andaría descalza de nuevo.Jugarías con ella…-Cami: sí, si haría eso. Ahora voy a revertir esa pregunta ¿qué les diría ese niño o esas niñas hoy?-Víctor: ¡Uy ahí sí que me hiciste llorar Pablo!, (se emociona, sonríe) Conociendo a ese niño, y conociendo a todas mis hijas, creo que las conozco bastante, a una de ella a los tres años… me diría lo siguiente, lo que ella me decía. Me miraría y me daría un pequeño empujoncito y me diría, sé feliz. (se conmueve)-Gabi: creo que esa niña estaría, no sé, quizás contenta, como orgullosa, entonces me diría algo como muy juguetón, en plan ¡Qué bacán! ¡lo lograste! Estai haciendo algo bacán algo lindo. (nos reímos). Decirle al Pablo que las preguntas que nos está haciendo me hacen emocionar demasiado, y no sé si me emocionan más las preguntas o escucharlos a ustedes. -Cami:(se ríe, hace una pausa) yo creo que esa niña me diría qué bueno que no hiciste caso y seguiste siendo porfiá’ (nos reímos todos)¡Está Bueno! Bueno chicas y chico, ahora quiero verlos (prenden las cámaras que habían apagado por interferencias)-Víctor: estamos todos llorosos eh (secándose las lágrimas y sonriendo)Voy a hacer un bonus track que me interesa, ustedes hablaron de la marginalidad en esta entrevista. Ustedes, en el campo artístico chileno, piensan que sus compas, que vienen de otras líneas de trabajo, ¿los ven cómo marginales? O ¿cómo ven el trabajo de ustedes?(piensan un rato)-Gabi: no sé si la palabra, es marginal. -Víctor: sí, saben poco de nosotros. Nos conocen muy poco, y lo que nos conocen es también lo que nosotros hemos querido mostrar, no nos conocen. Creo que esta marginalidad, es consciente, no queremos poder, por tanto, vamos a seguir siendo por un buen rato marginales. Ese es mi deseo personal, ya el colectivo dirá otra cosa, pero esperemos que así sea (lo dice con absoluta convicción, hasta su postura corporal sostiene lo que dice, se queda pensando)-Cami: yo estoy de acuerdo, creo que es también una decisión consciente y cambia el significado de la palabra marginalidad. -Gabi: estoy muy de acuerdo, muy de acuerdo. Creo que darnos y permitirnos ese espacio de desconocimiento nos ha permitido encontrar lugares y detalles, que nos permitan estar donde estamos hoy. En nuestro territorio, con nuestra gente, con nosotres mismes, eso es muy valioso.Última pregunta ¿qué es el teatro popular? (me miran y se ríen)-Víctor: la cami sabe-Gabi: que ella responda(bromean)Está como rindiendo un examen viste, morcilleando le decimos acá (nos reímos)-Cami: bueno la otra vez lo hablábamos, no sé si contigo… citando a Pablo Otazu (nos salen las carcajadas)Pero es que estamos haciendo un reportaje acá-Cami: Ah, es verdad, ya me había olvidado. Surge del cotidiano, de las comunidades, del pueblo. Quizás lo de nosotros se puede enmarcar dentro del teatro popular porque tiene esas características. Ahora, la academia lo ha sintetizado, y definido de miles de maneras ¿no? Pero teatro popular acá en Chile era lo que hacía Andrés Pérez, un teatro que hacía con el pueblo, en las calles, en las ferias. Creo que por ahí va eh. -Gabi: creo que la dirección que tiene que tomar el teatro popular, por lo menos en mi mente, es cómo hacemos teatro o vida con, la comunidad, con les vecines y que no sean como un extra. Que no sea que nosotros tomamos sus vivencias, sino que también ellos se hagan partícipes, que también hagan teatro, que también hagan arte, dentro de sus conocimientos y de lo que quieran compartir también. Me gusta visualizar que ese es el camino que lleva al teatro comunitario.-Víctor: me remito a lo que hizo el mercado con esa definición. Me remito a lo que es el Festival Amigo, que dicen que es teatro popular. De ese teatro, yo (levanta las manos) me mantengo a la distancia, no quiero pertenecer a esa definición. Sin embargo, comparto plenamente las definiciones que mis compañeras instalan. Desde ahí mi deseo entiendo que es vincularnos, ser parte, nuestro trabajo de teatro es un trabajo de oficio, que cada día profundiza más, por lo tanto, las acciones. Las representaciones que instala, son parte de nuestra vida. Es celebrarnos, pero también problematizar la vida, enfrentar las situaciones críticas con el teatro. El teatro popular entonces es como planteaban las compañeras, un teatro de vínculo, la necesidad de volver a ser este espejo, sutil, que muestra con sutileza y cariño el acontecer de la vida.Bueno, hemos llegado al final, aprendí bastante hoy, así que les mando un cariño inmenso y nos estaremos viendo pronto en alguna oportunidad. (nos quedamos charlando de algunos proyectos e ideas que tenemos para trabajar juntos). Bueno chiques, nos veremos en la próxima estación.Allí quedo pensando que el Arte es un espacio social y sobre todo de transformación. Encontrar gente como todes les que participan en este proyecto o similares, enriquece la vida.Hasta la  próximaPablo Otazu24/07/21TrascripcionAgustina Otazu

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