16/07/2020

Quedaron varados con el circo en Cipolletti y ahora venden pollos para mantenerse

Quedaron varados con el circo en Cipolletti y ahora venden pollos para mantenerse
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La pandemia trastocó la realidad completa. Las historias se convirtieron y la vida cotidiana pasó a ser algo distinto a lo que conocíamos. Un circo, por ejemplo que llega a una ciudad y se ocupa de brindar un espectáculo que alegra a los niños y niñas. Ese episodio repetido en la vida de cualquier localidad se convirtió en una pesadilla para magos, payasos e incluso para el motociclista del "globo de la muerte".En Cipolletti se instaló la carpa de "Dihany" algunos días antes del inicio de la cuarentena y las noticias comenzaban a despertar algo de preocupación.[caption id="attachment_117998" align="alignright" width="512"] Daniel y su padre (foto Juan Pablo Raposo)[/caption]Daniel Molina es oriundo de la localidad cordobesa de Cruz del Eje. Es mago, motociclista en el “globo de la muerte” y maestro de ceremonias en el Circo Dihany, el espectáculo que él mismo creó hace más de siete años y con el que recorre el país. “Lo único que sé es estar arriba de un escenario” contó a Infobae. La pandemia les impidió seguir con su trabajo y hoy, con casi cuatro meses de confinamiento, el grupo de artistas se las rebusca como puede mientras los autorizan nuevamente a levantar la carpa.

"Primero fueron churros, después repartieron pochoclos hasta que finalmente, en la entrada del circo, instalaron un asador en el que cocinan pollos para vender", contó Daniel Molina

. Cuando llegamos a Cipolletti pudimos dar dos shows, uno fue con menos gente porque para ese momento ya se limitaba la capacidad y de repente se ordenó la cuarentena y quedamos atrapados en el predio, sin saber qué hacer”, relató Daniel en diálogo con el medio nacional.La falta de ingresos por la venta de entradas golpeó de lleno su actividad y no les quedó otra que palear la situación con lo primero que tuvieron a mano. fue así que se dedicaron a vender comida. Primero fueron churros, después repartieron pochoclos hasta que finalmente, en la entrada del circo, instalaron un asador en el que cocinan pollos para vender. Los acompañan con papas fritas o con ensalada. Muchos de sus clientes se acercan a comprar, mientras a que otros se los llevan hasta la casa.“Hacemos delivery, vendemos lo que podemos y todos los días. Nos permite ganar algo de dinero para las cosas diarias de higiene, comida y por ejemplo pagar el teléfono, que es algo muy importante en este tiempo. No es lo único que vendemos. La familia de los enanos, que son también los payasos, venden churros. Ellos salen y los venden. Acá cada uno se la rebusca como puede”, relató Daniel. (Con datos Infobae)

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