08/05/2022

Relatos increíbles en la historia de Negro Muerto: "Luces se movían de un lado al otro y los caballos enloquecían"

Relatos increíbles en la historia de Negro Muerto: "Luces se movían de un lado al otro y los caballos enloquecían"
negro muerto 8
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Choele Choel.- La mítica estancia del valle de Negro Muerto carga con una infinidad de historias que caminaron pacientes de generación en generación. Y un buen puñado de relatos de este lugar oculto en la Patagonia invitan a caminar por el misterio.Las leyendas que nutren la vida de Negro Muerto son impactantes y tienen siglos. Según testimonios, su nombre surgió a raíz de una tenebrosa historia protagonizada por un joven brasileño que era buscado por la Justicia. Huyendo, llegó a esta estancia donde comenzó a realizar trabajos en el campo.En una noche de alcohol en exceso y encendidas discusiones, un peón lo mató. Al día siguiente, la policía de territorio llegó al lugar. La corroborar el trágico desenlace decidieron enterrarlo en el cementerio que tiene la estancia. Otras versiones cuentan que fue la misma policía la que le dio fin a la vida del joven de Brasil, sin nombre ni apellido conocido. La historia comenzó a impregnarse en la gente del campo. Y no solo eso. A partir de este episodio brotaron relatos en la estancia que nunca encontraron una explicación. Los testimonios aseguran que en ese lugar se vivieron situaciones muy extrañas. Marta Pacheco vivió en la estancia cuando era una niña. Su novio -por aquel entonces-  contó que era frecuente que aparecieran luces que se movían de un lado a otro entre los alambrados. Y ella recordó una noche en especial, en la habían ido a la estancia a cazar y por la hora decidió dormitar en un viejo galón. Es que se había hecho tarde.En un determinado momento que no olvidará jamás, vieron la figura de un hombre alto con sombrero negro, tez negra y botas hasta las rodillas. Los miró fijo y luego se perdió entre las pocas luces de la noche.Después de estar un tiempo apagados, los faroles a kerosene se volvían a encender. Y se veía la figura del hombre que aparecía, los miraba y caminaba hasta el galón para luego desvanecerse entre las penumbras de la noche. También aflora en este recorrido de historias increíbles, el relato que describía el momento en el que las velas que habían sido apagadas con saliva y se volvían a encender para la bienvenida al Negro Muerto.En algunas noches se escuchaba el relincho de los caballos en los corrales. Enloquecidos,  se mordían y corrían sin parar. Dejaban en el medio un círculo intocable con una luz que se movía y que los caballos por unos días no querían pisar.Los misterios forman parte de la estancia y para los que vivieron en el lugar, son tan reales como cualquier otra historia. Y se encienden cada vez que los faroles vuelven a iluminar el pasado.(Fotos gentileza  Rossana Castillo)

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