27/02/2022

Rescató un arte milenario del pueblo ucraniano y cuenta cómo vive la guerra: "Es increíble que esté pasando"

Rescató un arte milenario del pueblo ucraniano y cuenta cómo vive la guerra: "Es increíble que esté pasando"
cristina serediak
cristina serediak

Choele Choel.- Los padres de Cristina debieron escapar de Ucrania ante la invasión rusa. Su mamá, enfermera de 22 años, lo hizo a través de Checoslovaquia y terminó en Austria. Su papá -de 32- la encontró porque era periodista y contaba con la información necesaria para alcanzarla. Se casaron y tiempo después nació Cristina. Durante dos años debieron permanecer en el campamento de la Cruz Roja hasta que se finalizaran la documentación para emprender el camino hacia un nuevo destino. "Nos vamos en el primer barco que salga de Génova", aseguró convencido su padre. Y así fue. Ya en el viaje supieron que se dirigían hacia Argentina.Cristina Serediak es vecina de Choele Choel y muy conocida por haber sido una apreciada pediatra de la localidad. Además, reconocida artista del pysanka, el arte de escribir sobre huevos ornamentados. En estos días de dolor por la guerra en Ucrania, las grises postales de su historia y la de sus padres son inevitables.Tenía planeado un viaje a Ucrania para encontrarse con familiares y amigos en julio o agosto, pero todo se diluye. Estuvo en el país en cinco oportunidades.  "Tengo familiares en una ciudad cerca de Polonia. Me dicen que escuchan las sirenas. Ahí no hay subtes, así que van a los sótanos de las casas", contó y mencionó también a una amiga que vive en Kiev y decidió dirigirse a las chacras, a 30 kilómetros. Se llevó lo básico "y me dijo que no se mueve de ahí. No piensa irse de Ucrania".Cuenta que de noche no pueden salir de sus casas y de día, solo a los supermercados que se manejan con la mercadería que tenían antes del inicio del conflicto bélico. "Hay que ver qué hacen cuando se termina. Lo más importante es el pan. Y ellos consumen muchos embutidos. Seguramente fueron guardando en sus casas", imagina.Cristina también tiene un vínculo estrecho con los hermanos de su prima en Járkov -ciudad ya atacada-, dijo que "están con miedo pero también con la fortaleza de que van a vencer". La población civil en Ucrania es reservista de los 18 a 55 años, por lo tanto -señaló- ya tuvo experiencia en el manejo de las armas."El ucraniano es pasivo. Somos descendientes de agricultores, no fuimos nunca a una guerra. Siempre nos invadieron durante toda la historia porque nuestras tierras son muy ricas". Le duele que no haya un mayor compromiso de los países frente a esta situación en defensa del país atacado; "nos habían dicho que iban a ayudar".

"El ucraniano es pasivo. Somos descendientes de agricultores, no fuimos nunca a una guerra. Siempre nos invadieron durante toda la historia porque nuestras tierras son muy ricas"

En 1991 viajó a Ucrania justo cuando se separaba de Rusia. Las emociones fueron muy fuertes porque se reencontró con sus familiares directos y también el viaje le permitió comprender aspectos esenciales de la cultura y la tradición de sus padres y amigos. Esa experiencia fue un impulso para "comenzar a escribir huevos".Tiene angustia. "Igual me hace bien hablar", aclara en el silencio de su casa. Se mezclan los recuerdos, los mensajes y llamados a los familiares inmersos en el horror, la información constante en las pantallas que muestran tanques, explosiones, y el deseo de que todo termine pronto. "Es increíble que esté pasando esto en este siglo", se lamenta.Cristina es muy reconocida por el increíble trabajo que hace de escribir símbolos e impregnar colores sobre los huevos,  una práctica del pueblo ucraniano que tiene más de seis mil años. Para ella es una forma de seguir ligada a las raíces más profundas de su historia. Esos huevos se regalaban entre familiares porque obsequiarlos era "regalar vida".

Te puede interesar
Ultimas noticias