07/02/2020

“Un día entendí que si querés cambiar las cosas de verdad, te tenés que exponer”

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Alberto golpeó la puerta de la casa del candidato cerca de las 5 de la tarde. Fue la mejor señal que podría haber deseado. “Pensé enseguida que, si Alberto está acá, que tiene olfato, significa que la cosa va bien”, recuerda Diego Ramello sobre los detalles que decoraron el día de la elección, el domingo 1 de septiembre de 2019.Cerca del mediodía, Diego fue a votar con su papá, Oscar. En ese momento, en los pasillos de la escuela, las emociones se condensaron, se mezclaron con las tensiones por la intensa y dura campaña, y se quebró. “No sé qué me pasó, pero me emocioné mucho. Yo quería votar con él y ese llanto me ayudó mucho. Me saqué todo”, describe con un nudo en la garganta que se activa con el recuerdo.

“Si no hubiese sido por él, yo no hubiera sido intendente”, reconoce convencido sobre el rol de Weretilneck, su amigo, y pide “que eso conste en actas”

Es que, en la casa de Diego, la política revistió siempre las charlas, las interminables discusiones, los debates apasionados. Su papá, desarrollista, frodizista y su mamá, Katy, peronista. “Creo que mi primer acercamiento a la política fue cuando tomamos el colegio”, recuerda con una sonrisa desplegada por la nostalgia. Fue en la época del secundario. La decisión del gobierno provincial de eliminar una de las dos orientaciones que tenía el CBU despertó la preocupación de los estudiantes. Y fue el joven, pero muy convencido, Diego Ramello quién lideró esa manifestación estudiantil. “Hicimos un alborto bastante grande y logramos que se mantengan las dos orientaciones”, recuerda.Estudiar luego Ciencia Política en la Universidad Católica de la Plata no fue la armadura para un político, como podría pensarse; al menos en un principio. “Tenía la idea de ser un técnico, alguien que asesorara a un político”, cuenta y reflexiona sobre algunas lecciones que le entregó el paso del tiempo con la acumulación de experiencias; “entendí que si querés cambiar las cosas de verdad, te tenés que exponer y tomar decisiones. Esa posibilidad te la da la gente cuando te vota”.[caption id="attachment_108838" align="alignleft" width="512"] Diego Ramello en familia[/caption]También existió un episodio que modificó su camino durante los años en la universidad. La política no figuraba en sus planes y un día, un gran amigo lo engañó. Lo invitó a una supuesta “feria de libros”, que nunca existió. Diego se encontró, en realidad, con una charla en una Unidad Básica que logró seducirlo. “Creo que ahí empezó todo. Podes tener un norte, pero la vida te pone cosas en el camino y puede cambiar”, apunta.El intendente de Choele Choel considera que el título universitario no lo hace diferente, si bien le da algunas ventajas en ciertos terrenos. Después de meditarlo algunos segundos, rápidamente aclara que el título sirve, y que está bien destacarlo, pero no es condición para ser un buen político. “Eso cerraría el camino a muchas personas y no podés ser elitista en política. Prefiero el riesgo del juego de muchos”, concluye.Alberto entró a la casa de Diego y compartieron, junto a su compañera de vida, Flavia, sus hijos, Pilar, Paulina y Pietro; Oscar, Katy, el triunfo cargado de alegrías. “Si no hubiese sido por él, yo no hubiera sido intendente”, reconoce convencido sobre el rol de Weretilneck, su amigo, y pide “que eso conste en actas”. Diego está convencido que ese momento especial, una foto única sumergida en emociones, fue impresionante, y que “pase lo que pase en la política, no me la saca nadie”.

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