"Vamos Soriano, usted también viaja": recuerdos imborrables de Malvinas

Luis Beltrán.- Hoy se conmemora el día Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas. Y algunas de las historias que quedaron esparcidas en la escarcha de la isla son recordadas con profunda emoción por ex combatientes.Paulo Soriano reside en Luis Beltrán. Una calle lleva su hombre en homenaje a la participación en la gesta de Malvinas. Decidió, una vez más, revivir los detalles de una experiencia inolvidable a sus 19 años, cuando comenzaba recién a conocer los caminos de la vida.Estaba haciendo el Servicio Militar Obligatorio en una base de vigilancia de seguridad, en Baterías con asiento en Puerto Belgrano. Paulo es clase 62, la quinta tanda de la Infantería de Marina. En esos momentos se incorporaban cinco tandas por año. Sin pedirlo, un 2 de abril lo convirtieron en combatiente. Calzó su equipo y se fue a la guerra. "Mi vida tomó otro sentido. Es decir, empezó otra historia en mi vida", recordó.Precisamente el 2 de abril estaba haciendo guardia cuando vio mucho movimiento en la base. No sabía, ni imaginaba, qué estaba pasando. Al día siguiente, reunieron a la compañía y les informaron que nuestro país había tomado las Islas Malvinas.Les permitieron escribir una sola carta para que pudieran avisar la inmensa novedad a sus familiares. "Nos dijeron que pusiéramos que nosotros no íbamos a ir a Malvinas, que se quedaran tranquilos, que íbamos a quedar en la base", contó, pero a los días la noticia fue distinta. Cuando las cartas ya estaban en camino, los reunieron nuevamente y les dijeron que preparen todo "porque nos íbamos a la guerra".Paulo le escribió la carta a su madre. Su padre había fallecido cuando tenía apenas 7 años. Recuerda que le escribió que "no se preocupara, que íbamos a entrar en combate y que nosotros nos quedábamos en la base". En la compañía eran 180 soldados y nombraron a 10, entre los cuales estaba Paulo;  "nos apartaron del grupo y ahí me enteré que nos íbamos a Malvinas".Los comentarios circularon antes de la información oficial. Ya sabía que su destino era Malvinas, aunque a esa edad, "es como que mucho no entendíamos". La flota británica ya había salido con destino a las Islas. Cuando fueron nombrados tuvieron que armar inmediatamente un grupo. Había dos cabos segundos, y un cabo principal que estaban a cargo de un capitán. Salieron de la base de Batería con destino al muelle de Puerto Belgrano para embarcarse en el buque "Bahía Buen Suceso", que llevaba víveres y explosivos a Malvinas. Pasaron la noche en el muelle.El capitán designó finalmente el grupo para ir adelante en aviones con el objetivo de formar la zona de apoyo logístico y cubrir el recorrido del buque. Nombran a un cabo segundo, un cabo principal y dos soldados. Entre los soldados, estaba Paulo. "Vamos Soriano, usted también viaja", le indicó el capitán.

"Nos permitieron escribir una sola carta para que pudiéramos avisar la novedad a nuestras familias. Yo le escribí a mi mamá", recordó

Salieron los cuatro jóvenes a tomar un avión en la base de Comandante Espora que los llevaría a Puerto Argentino. Una consigna fue que Paulo debía ocuparse de cargar 50 carpas para el batallón 5 de Infantería de Marina. Por un cambio de planes, sus compañeros volaron antes a las Islas y el beltranense quedó solo en la base hasta que salió un avión a Río Grande. Al aterrizar, también estuvo en perfecta soledad. "Andaba de un lugar a otro", comentó. Finalmente llegó a Malvinas con las carpas para el batallón cerca de la medianoche.Luego de tres días logró encontrar a sus compañeros que ya habían entrado en combate. "Yo entré dos veces en combate, era todo muy complicado, pero lo más difícil estaba por venir", señaló. Recordó el buen entrenamiento que había recibido, pero reflexionó: "no nos habían preparado para rendirnos".Admitió que "la rendición nos dolió mucho porque habíamos dejado a muchos compañeros allí, muchos heridos en combate". Nunca pensó que iban a perder la guerra. Estaba cerca de una radio y podía escuchar todo lo que se transmitía. Paulo no quería aceptar la idea de la rendición. "Después nos enteramos que los soldados ingleses no podían aguantar más porque no tenían municiones y se les acababan las pilas de los trajes térmicos", dijo.Cuando el gobernador de las islas se rindió en Puerto Argentino, el grupo que integraba Paulo quedó prisionero. Las sensaciones fueron de profunda tristeza y dolor. Les quitaron las armas y les dieron un plato de comida por día con la promesa que iban a ser liberados. Estuvieron a la intemperie con 24 grados bajo cero, bajo la lluvia y la nieve; "dentro de todo, el trato que nos daban los soldados ingleses fue bueno pero nosotros por dentro estábamos destrozados anímicamente. Habíamos perdido la guerra, habíamos perdido a muchos compañeros".La familia de Paulo no había recibido noticias de él, pensaban que estaba muerto. La vuelta no fue fácil. Los combatientes en Malvinas fueron tratados con indiferencia. No tenían trabajo y eran considerados "los locos de la guerra". Por suerte, admitió, esa mirada de la sociedad fue cambiando.Los recuerdos de la guerra lo acompañarán siempre. "Cuando llueve, cuando hace frío. En esas Islas quedaron muchos amigos...". Reconoce que le gustaría volver a Malvinas pero no como extranjero. Le gustaría viajar y poder ser parte de esa tierra. Para él, los verdaderos héroes son sus compañeros que murieron. A ellos hay que homenajear. No solo el 2 de abril, sino todos los días.Los ex combatientes del Valle MedioEsta nota nos permite recordar a los ex combatientes del Valle Medio, que en ese combate bélico, les toco ser partícipes, como Héctor Gil y Cabral Hugo de Choele Choel, Paulo Soriano, Oscar Riquelme y Troncoso David de Luis Beltrán. Escobar Sixto y César Barría (Pomona), Julio Mariguan (Coronel Belisle). Ferreyra Carlos, Díaz Jorge, Saliani Heriberto, Villalba Francisco de Rio Colorado, Jaque Benjamín y Fernando Villablanca, Rodríguez Luis de Lamarque.