03/10/2020

Ya en altamar recibieron la noticia: todos los tripulantes de un barco pesquero con Covid-19

Ya en altamar recibieron la noticia: todos los tripulantes de un barco pesquero con Covid-19
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Como si perteneciera al guión de una película, esta historia involucra algunos matices propios de una odisea en las frías aguas del océano Atlántico argentino. 30 tripulantes tienen Covid-19 en un barco pesquero en la rada, el sector donde los barcos esperan para entrar a puerto.Un día, como cualquier otro, el Vierasa 16 salió a la pesca de camarones. Una vez en el mar, recibieron la inesperada noticia. Marcos Castro, un hombre de mar que lleva más de 17 años en altamar, acostumbrado ya a la amarga ausencia de los afectos señaló que "esta no es una embarcación más, esta es una historia que marcará a cada uno de los 30 tripulantes".[caption id="attachment_121895" align="alignleft" width="321"] Marcos Castro[/caption]Antes de subirse al barco, realizaron la cuarentena correspondiente como establece el protocolo de la empresa. También realizaron los hisopados y desinfectaron todas las prendas. "Y así fue, salimos de Puerto Madryn", contó Marcos y aclaró que las oficinas se encuentran en Puerto Deseado, Santa Cruz, pero por cuestiones de pesca, se hace más ágil que "subamos en Puerto Madryn".Cuando ya estaban en altamar un médico se acercó en una lancha y les informó que eran todos casos positivos de Covid-19. De inmediato realizó el control, uno por uno. En pocas horas todos reconocían los mismos síntomas vinculados a la enfermedad."En ese momento qué íbamos a hacer de ahora en más, nuestras familias, nuestras vidas", comentó. Hoy toda la tripulación se encuentra aislada, cumpliendo la cuarentena en el barco que está a 1.800 millas náuticasHoy toda esta tripulación se encuentra aislada, cumpliendo la cuarentena en un barco, a 1.800 millas náuticas, es decir 3.333 kilómetros de las costas de Madryn. Todos anudados a la esperanza para soportar la angustiante situación."Solo nos cuidamos entre todos, acá somos una familia y nos contenemos emocionalmente", describió Marcos y contó que todos mantienen contacto telefónico a diario con los familiares. “La angustia surge después de esas charlas porque nos imaginamos el sufrimiento por el que están pasando”, agregó.

"Acá nos cuidamos entre todos, somos una gran familia y nos contenemos emocionalmente", describió Marcos

Hay gente de Corrientes, Chubut, Entre Ríos, "y yo que soy de Río Colorado Provincia de Río Negro entonces todos tienen distintas costumbres, así que tenemos que aprender que la convivencia sea amena".El único que sabe de medicina en el barco es el capitán, aunque no es profesional. No es un barco de turismo, por lo tanto los camarotes son muy reducidos e intentan convivir de la mejor forma posible.Los tripulantes manejan una hipótesis. "Cuando subimos al barco, todos estábamos bien pero cuando el barco llegó a las 100 toneladas de camarones y están fríos, listos para ser exportados, se acercó otra navegación e hizo el trasbordo de la pesca", contó Marcos y supone, entonces, que en ese momento es cuando el virus ingresó al barco.En cada comunicación, todos intentan estar de buen ánimo para no despertar preocupación en las familias. Pero la historia es un poco más compleja. "Muchos dicen que presentamos los mismos síntomas que una gripe normal y no es así", aseguró. En su caso, Marcos contó que el dolor de espalda es inmenso, la cabeza, el malestar es continuo. "Hoy no tengo olfato ni gusto", agregó.Para pasar el aislamiento, escuchan las historias de vida de cada uno. Luego, durante el atardecer, Marcos se sienta afuera, toma unos mates y ve como las estrellas fugaces caen al mar.  Y cuando mira hacia el horizonte, imagina a su familia con las sensaciones que solo alguien que vive al mar puede. "Somos hombres de tierra, no de mar. Pero los años en esto nos lleva a ser parte de estas aguas", reflexionó.Hoy la tripulación del barco debe esperar una semana más hasta que las autoridades sanitarias autoricen el descenso. Algunos ya están tramitando el permiso para ir a sus casas y encontrarse con sus familias. Otros continuarán con la pesca, ya que -señaló Marcos- el tiempo perdido no se recupera y la empresa paga por pesca realizada."Ansío con todo mi corazón abrazar a mis seres queridos, estamos sufriendo por esta situación", admitió Marcos y dijo que una vez en tierra seguirá cuidándose. "Quiero que se sepan que estamos bien y vamos a salir adelante", aseguró confiado y eligió una definición de Aristóteles: Existen tres clases de hombres. Los vivos, los muertos y los hombres de mar.

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