"Yo solo quiero jugar al fútbol": Santino vende ensaladas de frutas para cumplir su sueño

Plottier.- Con la inmensa alegría que provocó la conquista del campeonato del mundo en Qatar se difundieron las historias de vida de jugadores argentinos que alcanzaron su objetivo después de mucho sacrificio y dedicación.Son historias que se originaron en clubes de barrios del país y potreros.Santino Rabiti tiene 14 años y el anhelo de que su sueño futbolero también se cumpla. El joven vende ensaladas de frutas en la Ruta 22 para reunir el dinero suficiente para afrontar los costos para tener una oportunidad en el club Deportivo Mac Allister en Santa Rosa, provincia de la Pampa.El joven deportista quiere crecer como futbolista y sueña con seguir el camino de sus héroes, el zapalino Marcos Acuña o Nicolás Tagliafico.Su madre, Jorgelina Melo, hizo un posteo con orgullo en las redes sociales. El objetivo es reunir el dinero para cumplir el sueño.Santino dialogó con 7 en Punto. El joven nació en Plaza Huincul y se encuentra cursando el segundo año de la escuela técnica. Hace más de 5 años que vive en Plottier.Comenzó a jugar al fútbol cuando tenía 4 años. Su mamá quería que jugara al básquet y lo llevó al club Perfora. "Recuerdo que en vez de picar la pelota, la pateaba", admitió entre risas. En ese momento se dieron cuenta que el fútbol era lo que realmente le gustaba.Los primeros pasos fue en el CEF de Cutral Co, luego se mudaron a Plottier y se encontró con Martín, el profe que le enseño mucho, como controlar pelota, tocar, no jugar solo, "aprendí lo que es un equipo. Martín me llevó, junto a otros compañeros, a probarme a Independiente, Vélez Sarsfield y Lanús. En Vélez nos dijeron que nos iban a hacer un seguimiento pero vino la pandemia y todo quedó en la nada".Ahora Santino juega en el club Los Canales de Plottier en el torneo de LIFUNE. Es un club humilde, donde todo se hace a pulmón y lleno de chicos que disfrutan mucho de jugar a la pelota. Además de la vida en LosCa, entrena por su cuenta los martes y jueves de 8 a 10 de la maña. "Todo sea por lograr lo que quiero", dice.Con otros dos amigos más decidieron perfeccionarse en la academia Mac Allister para mejorar su entrenamiento. El valor de la experiencia es de 90.000 pesos. "Por eso estoy vendiendo las ensaladas de frutas, para lograrlo. Y sé que lo voy a conseguir. Ya tengo pagada la seña, que es de 40.000. Ahora me queda juntar el resto".Santino está todos los días, después del mediodía al costado de la ruta 22 y Riavitz -a la altura de la juguetería- vendiendo sus ensaladas. "Yo solo quiero jugar al fútbol. Ese es mi sueño, no es fácil, pero sé que con sacrificio puedo hacerlo", dijo sincero.Su día comienza a las 6.30 para prepararse e ir a entrenar a las 8. Las ensaladas de frutas las arma durante la noche, y las envasa recién en la mañana. Y cuando vuelve de las prácticas, sale a venderlas. Tienen kiwi, duraznos y frutillas. La gente lo felicita y le dice que siga. Que no se detenga en su búsqueda.Es hincha de Boca y sueña con conocer a Marcos Acuña, de su provincia; "su historia me motivó un poco más a seguir con mi sueño. Me gusta mucho saber un poco de sus raíces y cómo se formó. Me hace pensar que nada es imposible".