24/09/2022

Choele Choel: Un antes y un después del asesinato de Lucas

Choele Choel: Un antes y un después del asesinato de Lucas

Choele Choel.- El 5 de noviembre de 2011 la desaparición de Daniel Solano descorría un velo que dejaba al desnudo una realidad que aparecía oculta a los ojos de la mayoría de los habitantes de este tranquilo pueblo rionegrino, donde la vida cotidiana, de golpe, se vio sacudida por un hecho inédito para la localidad. Esto marcó un punto de infexión en la historia de Choele, una población  que siempre estuvo convencida de que "este tipo de cosas acá no pasan".Del mismo modo, esta trágica semana de septiembre también marcará a fuego la historia de Choele imprimiendo un antes y un después del crimen de Lucas Valentini, el joven asesinado en su casa por un grupo de delincuentes, uno de ellos menor de edad.La marcha que se realizó el día lunes y que reunió una multitud de vecinos autoconvocados tuvo una impronta muy fuerte en la localidad. Alrededor de mil personas de Choele y del Valle Medio reclamaron mayor seguridad en general y el rápido esclarecimiento de este crimen en particular. Una convocatoria que, al igual que las marchas que reclamaban justicia por el trabajador salteño, surgió como una iniciativa espontánea de una población que se resiste a aceptar mansamente un flagelo que ya se ha instalado en otras ciudades y que aquí parecía lejano hasta hace poco tiempo.Este crimen no es un caso aislado. Desde hace unos meses se podía percibir a simple vista (vea también esta nota de 7 en punto denunciando una ola de robos en Choele Choel), no sólo un enorme incremento de pequeños hechos aislados de inseguridad, sino también una notable escalada de violencia en los hechos perpetrados llegando a entraderas a mano armada y con lesiones graves, que muy excepcionalmente se habían vivido antes.No obstante estos antecedentes, los habitantes de Choele, no recuerdan haber tenido que lamentar jamás la pérdida de una vida en ocasión de un robo como el ocurrido esta semana. Sin dudas éste parece ser el límite que están dispuestos a aceptar los choelenses que hoy se están organizando para gestionar ante las autoridades políticas y judiciales pero también se encuentran adoptando medidas comunitarias de prevención activa.

"Debemos tener nuestro propio centro de monitoreo, cámaras, más domos.. los q estuvimos en la marcha de hoy podrán haber sentido la angustia como propia, esto no puede ni debe volver a pasar, esto tiene que ser un antes y un después en Choele, seamos nota por hacer el cambio, la diferencia, no cada vez q sucede una desgracia.. hagamos algo!" Expresó una vecina en sus redes sociales

La respuesta de otros vecinos no se hizo esperar. "En mi barrio pusimos una alarma vecinal" respondió otra vecina. "Acá en el barrio tenemos un grupo de whatsapp" respondió otro. Lo cierto es que las medidas de prevención parecen haberse multiplicado en cada cuadra y en cada barrio de la ciudad y los vecinos se organizan para defenderse del delito con las herramientas que están a su alcance.Más allá de estos intentos grupales mínimos, queda clara la necesidad de avanzar en varias cuestiones que quedan en evidencia  ante la cruda realidad de lo sucedido:No hay dudas de que la dotación de personal y los recursos materiales con que cuenta la policía son insuficientes para prevenir el crimen, en un ejido que ha crecido notablemente en los últimos años y que abarca también una importante extensión de territorio rural. Otro tanto sucede en la justicia: los juzgados y en particular las fiscalías no tienen forma de dar respuesta a la enorme cantidad de causas que tramitan, con el personal y los recursos que tienen en la actualidad.La laxitud de las medidas judiciales tales como las reducciones de condena, el pase a archivo de las causas menores, los criterios de oportunidad, la dificultad para lograr medidas de prisión preventiva, las prisiones domiciliarias y las salidas anticipadas tienen consecuencias directas en el incremento del delito ya que todas ellas son beneficios para quien delinque. Como ejemplo, podemos decir que uno de los autores de este atraco cuenta por decenas las entradas, por distintas causas, a la comisaría de su ciudad: Viedma. También se había sacado la tobillera electrónica que supuestamente monitorea su permanencia en su lugar de detención.

Muchas veces, las víctimas, con tristeza y a veces con pánico, ven plácidamente deambular en libertad a  sus victimarios, quienes apenas ayer fueron condenados por delitos graves. Así se ven doblemente vulneradas, tanto en ocasión de producirse el delito como también al ver que su causa no va a tener un resultado justo y esperable.

, ya sea reduciendo su pena, haciendo más llevadera su detención o facilitando su libertad, incluso llegando al punto de que, en algunos casos, sean condenados malhechores que han sido atrapados inclusive en flagrancia.En contraparte, no existe evidencia estadística de que todos esos beneficios hayan servido para estimular la reinserción de los internos  ni para integrarlos positivamente en la sociedad. Por el contrario, si han fomentado la posibilidad de que reos condenados por penas anteriores vuelvan a delinquir mientras se ven alcanzados por estos "derechos" que los asisten, en desmedro de sus víctimas que, con tristeza y a veces con pánico, ven plácidamente deambular en libertad a quienes apenas ayer fueron condenados por delitos graves.Se impone sin dudas un trabajo serio y conjunto de todos los estamentos legislativos y de todos los sectores políticos, para revisar objetivamente estas normas, teniendo en cuenta las necesidades del condenado, pero supeditándolas a las necesidades de una sociedad que hoy se ve asolada por la delincuencia y teniendo fundamental consideración con las víctimas que muchas veces se ven doblemente vulneradas, tanto en ocasión de producirse el delito como también al ver que su causa no va a tener un resultado justo y esperable.Ya sabemos que la inseguridad es un territorio minado de factores. En los último años los gobiernos locales avanzaron en el complejo desafío de asumir tareas de prevención bajo el concepto de seguridad ciudadana. En conjunto con las fuerzas policiales, despliegan sus brazos para evitar que sucedan los delitos. Los consejos locales de seguridad son un claro ejemplo de ésto.Y también, claro, existe -junto al pedido de reglas de juego más rigurosas para quienes delinquen- la necesidad de tareas de promoción y acompañamiento de parte del estado, que eviten que cualquier individuo se vea empujado a elegir los obscuros caminos que lastiman al resto de la comunidad.Como vemos son múltiples las acciones necesarias para buscar revertir este proceso que lentamente se ha ido instalando en nuestra sociedad. Y también son muchos los actores que deberían comprometerse seriamente en promover este cambio. Tanto la justicia, el poder político como la policía tienen una ardua tarea por delante. Esperemos que estén a la altura de las circunstancias, por que el pueblo se ha expresado y no parece haber margen para más dilaciones. El cambio es ahora.

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