El reencuentro de Marisa con el corazón de su hijo (Video): "En cada latido, Franco estaba con nosotros"

Luis Beltrán.- Hace algunos días, a las 11.30, Chiquito y su familia tocaron la puerta de la casa de Marisa y Sandro en Luis Beltrán. Antes de hacerlo, estuvieron convencidos que iba a ser un día muy importante, de los que no se olvidan. El motivo de la visita era una historia de amor que los une y que tuvo un origen atravesado por la tragedia.Tres años antes, Franco Berlanda volvía con su vehículo del balneario, acompañado de sus amigos. En un instante perdió el control, volcó y una inesperada y espesa pesadilla comenzó a envolver a su familia.Franco fue trasladado de inmediato al hospital de General Roca en donde fue operado por un hematoma en su cabeza. Más allá de los esfuerzos de los médicos, al día siguiente debieron informar a sus padres que Franco tenía muerte cerebral. Sus padres, Marisa y Sandro, recuerdan cada pieza de ese oscuro retrato. En esos pasillos de espera y desolación Marisa conoció a la médica coordinadora intrahospitalaria del INCUCAI, Cristina Orlandi. "Se acercó y nos dijo que Franco era donante", recordó. Eso era algo que ya lo sabía porque su hijo se lo había transmitido convencido en 2015. "Decidimos cumplir lo que Franco quería", dijo.Marisa fue descubriendo en estos años a las personas que tienen los órganos de Franco. Con uno de ellos mantuvo siempre una cálida comunicación. Para ella siempre fue especial ese vínculo porque supo que "Chiquito" -como le dicen- tiene el corazón de su hijo. Y hace unos días se cumplió el tan ansiado y emotivo encuentro. "Fue un momento lleno de alegría, inolvidable", describió Marisa y admitió que tuvo miedo del encuentro, "todavía no sabemos por qué, quizás fue la ansiedad, igualmente me sentía preparada como mi esposo". 

"Tenía preparado un estetoscopio porque iba a ser un doble encuentro, conocerlo a Chiquito y escuchar el corazón de Franco", contó Marisa.

Chiquito tiene 66 años, vive en General Roca y llegó con su familia a Luis Beltrán a las 11.30. Una vez que se encontraron, las emociones se ocuparon de invadir el hogar y las palabras se inmovilizaron. Solo las miradas se atrevieron a contarlo todo. "Tenía preparado un estetoscopio porque iba a ser un doble encuentro, conocerlo a Chiquito y escuchar el corazón de Franco", contó Marisa. Y así sucedió. Cada latido fue tenerlo a Franco en casa. La única palabra que se repitió constantemente fue "gracias".[embed]https://youtu.be/Swm6n6rTvHg[/embed]Sandro hizo un asado y charlaron durante varias horas. Compartieron parte de sus vidas. Graciela, compañera de Chiquito, les había escrito el 21 de septiembre de 2020 con el ánimo de armar el rompecabezas. Las coincidencias permitieron concluir que Chiquito había sido el receptor del corazón de Franco. Se despejaron las dudas después de algunos días. "Cuando escuchaba el corazón, sentía que tenía tan cerca a mi hijo. En cada latido, él estaba con nosotros", admitió Marisa."El día del encuentro, primero fuimos al cementerio a visitar la tumba de Franco acompañados por un grupo de amigos, y cuando volvimos a casa escuchamos su corazón", relató su madre con la voz cargada de afecto. Hoy estoy más tranquila, dijo, y aseguró que Franco es el protagonista de esta historia porque muchos viven gracias a sus órganos. "Chiquito está vivo gracias a Franco", ejemplificó.Hasta el día de hoy, Marisa y Sandro se siguen preguntando con angustia "por qué". Marisa piensa que quizás fue el destino, o simplemente Dios le tenía preparado todo esto para que a través de Franco, muchas personas pudieran seguir viviendo. Chiquito comenzó a fomentar la donación de órganos y realiza de forma periódica distintas acciones con ese fin. Ya fijaron un próximo encuentro, sólo tienen que coordinar la fecha. Marisa agradece siempre a los amigos de Fran, las familias, a Darío y Mariela, sus amigos que siempre estuvieron y aportan la fuerza necesaria para seguir adelante. Y sobre todo al héroe de esta y muchas otras historias de amor, el eterno corazón de Franco.